Este texto de Jimena Ortiz, escrito el 20 de Diciembre de 2024, analiza las perspectivas económicas de México para 2025, identificando varios "cisnes negros" que podrían afectar negativamente el crecimiento económico proyectado. El texto destaca la importancia de la gestión de riesgos y la necesidad de políticas públicas efectivas para mitigar los impactos negativos y aprovechar las oportunidades.
Resumen:
Se proyecta un crecimiento económico bajo para México en 2025 (1.1%), contrastando con el crecimiento del 3.2% en 2023. Esto genera incertidumbre sobre la viabilidad del presupuesto 2025.
Se identifica el riesgo de pérdida del grado de inversión, con consecuencias como fuga de capitales y recesión. El déficit público y la falta de medidas fiscales correctivas preocupan a agencias como Moody's y Fitch.
A pesar de la incertidumbre generada por reformas constitucionales y la transición política, el nearshoring podría seguir impulsando la inversión extranjera directa en México, gracias a su ubicación geográfica, mano de obra calificada y el T-MEC. La respuesta de los mercados a la presidencia de Donald Trump y la claridad en el comercio con China serán cruciales.
La prolongada sequía en México, anunciada por Conagua y el Sistema Meteorológico Nacional, representa un riesgo significativo para el abastecimiento de agua, la agricultura y la estabilidad social. La falta de acciones concretas para mitigar el cambio climático, a pesar de la Ley de Transición Energética, es preocupante. La Iniciativa Climática de México propone inversiones en eficiencia energética y energías limpias.
La inseguridad y la migración son desafíos que, si no se gestionan adecuadamente, pueden afectar la atracción de inversiones. Sin embargo, el texto propone transformar estas amenazas en oportunidades mediante políticas públicas efectivas que fortalezcan la gobernabilidad, mejoren la justicia penal y promuevan la integración laboral y empresarial de los migrantes.
Conclusión:
El panorama económico para México en 2025 es desafiante, con riesgos significativos relacionados con la calificación crediticia, el cambio climático, la inseguridad y la migración.
La gestión efectiva de estos riesgos, mediante políticas públicas sólidas y la colaboración entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil, es crucial para mitigar los impactos negativos y aprovechar las oportunidades.
La inversión en infraestructura, la promoción de energías limpias y la integración de los migrantes son elementos clave para un desarrollo económico sostenible en México.