El texto de la Columna Invitada del 2 de Diciembre de 2024, escrito por el Dr. Francisco Suárez Hernández, Director de Asuntos Públicos y Relaciones Estratégicas de FEMSA y Asuntos Corporativos de Negocios Estratégicos y División Salud, y Ex Presidente del Consejo del World Environment Center, aborda la necesidad urgente de un liderazgo eficaz en la nueva era climática. El autor presenta 50 puntos clave para que líderes y ciudadanos contribuyan a la transición energética global y a la mitigación del cambio climático. Además, proporciona ejemplos concretos de cómo diversas organizaciones están implementando estrategias financieras sostenibles.
Resumen:
El cambio climático es un factor estratégico que afecta la economía, la sociedad y la seguridad global.
Es crucial conocer las regulaciones globales, como el Acuerdo de París, y las normativas locales.
Se deben entender los riesgos climáticos en las cadenas de suministro, producción y recursos.
Las empresas deben adoptar prácticas ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), medir su huella de carbono y ser transparentes en sus informes ambientales.
Se debe implementar una economía circular, diversificar las fuentes energéticas e incorporar el análisis de riesgo climático.
Es fundamental la formación climática, el fomento de una cultura de sostenibilidad y el establecimiento de objetivos climáticos claros.
Se deben fomentar las colaboraciones estratégicas con gobiernos, ONGs, el sector educativo y la comunidad local.
Se deben adoptar tecnologías limpias, digitalizar para la eficiencia energética e invertir en investigación climática.
Se debe transitar hacia finanzas verdes, incorporar criterios climáticos en las decisiones de inversión y obtener certificaciones ambientales.
Se deben proteger y restaurar ecosistemas clave, implementar soluciones basadas en la naturaleza e incorporar la biodiversidad en las estrategias empresariales.
Se deben desarrollar productos verdes, adoptar empaques sostenibles y monitorear cadenas de suministro éticas y sostenibles.
Se debe planificar ante eventos climáticos extremos, diversificar mercados y proteger la infraestructura crítica.
Se deben incluir comunidades vulnerables en la transición climática, impulsar programas de educación ambiental y promover la igualdad en el acceso a recursos sostenibles.
Se debe participar en diálogos políticos sobre cambio climático e incorporar estándares internacionales en las operaciones.
Se debe crear narrativas positivas sobre el impacto climático, capacitar internamente sobre sostenibilidad y ser transparente con los grupos de interés.
Se deben incorporar objetivos climáticos en la planificación estratégica, reevaluar modelos de negocio tradicionales y anticiparse a cambios en las regulaciones climáticas.
Se debe trabajar con jóvenes en proyectos climáticos e incentivar startups verdes y tecnológicas.
Se deben establecer KPIs claros para la sostenibilidad y revisar y actualizar constantemente las estrategias climáticas.
Conclusión:
El texto enfatiza la necesidad de una acción inmediata y coordinada para enfrentar el cambio climático.
Se destaca la importancia del liderazgo responsable y la colaboración entre sectores para lograr una transición justa y sostenible.
Los ejemplos corporativos de Apple, Coca Cola, FEMSA, BlackRock, Toyota, Google, Tesla, y la Unión Europea ilustran la viabilidad de las estrategias propuestas.
El llamado a la acción se extiende a individuos, empresas y gobiernos, instando a la implementación de acciones sostenibles a diversas escalas.