Este texto, escrito por Mariana Mazzucato y Jonathan Glennie el 2 de diciembre de 2024, argumenta la necesidad urgente de un nuevo marco financiero global para abordar las crisis climáticas y de biodiversidad. Se critica el actual sistema de financiación, basado en la insuficiencia de las contribuciones de los países ricos y la falta de participación equitativa de los países en desarrollo. Se propone una solución basada en misiones y en la Inversión Pública Global (GPI).
Resumen:
El cambio climático y la pérdida de biodiversidad son problemas urgentes exacerbados por las desigualdades y causados desproporcionadamente por los países ricos.
Los países del G20, responsables de la mayoría de las emisiones, deben asumir la mayor parte de la acción climática.
El actual sistema financiero es inadecuado para movilizar los 2.4 billones de dólares anuales necesarios hasta 2030 para combatir estas crisis. La financiación climática ha sido fragmentada, impredecible y dominada por inversiones privadas de corto plazo.
Se propone un nuevo marco global basado en misiones con objetivos claros y ambiciosos, y en la Inversión Pública Global (GPI).
Las misiones impulsan la innovación y la inversión en soluciones intersectoriales para desafíos específicos, enfocándose en resultados, no solo en rendimientos.
La GPI reinventa la financiación internacional, pasando de un modelo donante-receptor a uno de responsabilidad y beneficio compartidos, donde todos los países contribuyen y participan en la toma de decisiones.
La GPI se basa en tres principios: beneficio mutuo, contribución según capacidad y toma de decisiones compartida.
La combinación de misiones y GPI puede liberar los fondos necesarios para alcanzar los objetivos de sostenibilidad global.
Se propone un "Plan Marshall para el planeta" que coordine fondos, conocimiento y tecnología a nivel internacional.
Los bancos públicos de desarrollo, con sus vastos activos, podrían desempeñar un papel crucial en la movilización de capital privado.
Conclusión:
La crisis climática y de biodiversidad requiere una acción coordinada e internacional.
Un nuevo marco financiero basado en misiones y GPI es esencial para una respuesta efectiva y equitativa.
La colaboración entre países, la inversión pública y la participación del sector privado son cruciales para el éxito.
Se necesita un cambio de mentalidad, pasando de la beneficencia a la inversión necesaria para un futuro sostenible y justo.
El mundo tiene los recursos financieros necesarios; lo que falta es una mejor alineación y cooperación.