Este texto analiza la situación del Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit) en México, tras medio siglo de existencia, y las reformas planteadas para su reestructuración en 2024. Se describe su transformación desde una institución enfocada en métricas bancarias a una con un mandato ampliado de protección social. Se mencionan las tensiones entre la dirección y el sindicato, así como los cambios estructurales previstos.
Resumen:
El Infonavit, anteriormente el cuarto banco hipotecario mundial, presenta una cartera vencida cercana al 20% y ha detenido los juicios contra deudores morosos.
La gestión de Carlos Martínez Velázquez dejó pasivos laborales por 2,135 millones de pesos y 10,341 millones en viviendas no comercializadas.
Se critica la falta de desmantelamiento de estructuras anquilosadas por los antecesores de Octavio Romero Oropeza y Marcos Manuel Herrerías. Solo Rafael Riva Palacio Pontones, con 47 años al frente del sindicato, permanece del viejo Infonavit.
La nueva dirección, bajo Romero Oropeza, ha tenido un diálogo nulo con las organizaciones sindicales, incluyendo la ausencia al brindis navideño y la consiguiente declaración de guerra de Riva Palacio.
El enfoque cambiará de métricas bancarias a la protección social, ampliando su mandato a la construcción, administración inmobiliaria, arrendamiento social y planeación urbana.
El Infonavit reportará anualmente su situación al Congreso de la Unión y al Ejecutivo federal, con auditoría externa.
El Consejo de Administración tendrá mayor poder de decisión sobre inversiones y financiamientos.
Se prevé la renovación de los órganos del Infonavit en 30 días tras la entrada en vigor de la reforma, incluyendo la elección de un nuevo auditor interno.
El presupuesto de 2024 se aplicará también en 2025, considerando la inflación, hasta la renovación de los órganos internos. Posteriormente, la Asamblea General votará el nuevo presupuesto, incluyendo indemnizaciones.
Se otorgarán 180 días a la Asamblea General y al Consejo de Administración para expedir políticas sobre arrendamiento social.
Conclusión:
La reforma del Infonavit busca un cambio radical en su enfoque, priorizando la protección social sobre las métricas bancarias.
El proceso implica un enfrentamiento latente entre la nueva dirección y el sindicato liderado por Rafael Riva Palacio Pontones.
La reestructuración tendrá un impacto significativo en la operación y la estructura interna del Infonavit, incluyendo cambios en su presupuesto y personal.
La reforma requiere la colaboración de diferentes actores, incluyendo el Ejecutivo federal, el Congreso de la Unión, el sindicato y la iniciativa privada.
El éxito de la reforma dependerá de la efectiva implementación de los cambios y la resolución de las tensiones entre las partes involucradas.