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El texto analiza la estrategia económica de China bajo el liderazgo de Xi Jinping, centrándose en su transición hacia un modelo de crecimiento impulsado por la tecnología. El autor argumenta que esta estrategia, aunque ambiciosa, presenta riesgos y desafíos.

Resumen

• Xi Jinping ha establecido como objetivo para China un nuevo modelo de crecimiento basado en la innovación tecnológica, dejando de lado el modelo anterior basado en la industria pesada y la inversión en infraestructura.
• Esta transición ha llevado a una dinámica arriesgada en la que el sector tecnológico está en auge, mientras que la economía tradicional se enfrenta a dificultades.
• El gobierno central ha establecido metas ambiciosas para la innovación tecnológica, lo que ha llevado a las autoridades locales a invertir profusamente en sectores como los vehículos eléctricos y los paneles solares.
• Sin embargo, esta inversión ha generado un "impulso de innovación de baja productividad", con un aumento de las patentes "basura" y una disminución de las innovaciones genuinamente novedosas.
• La estrategia de China se basa en la "improvisación dirigida", donde los líderes centrales establecen las prioridades y la burocracia interpreta estas señales y toma medidas en consecuencia.
• Esta estrategia ha llevado a una competencia feroz entre las empresas, con un alto grado de ineficiencia y despilfarro.
• A pesar de estos desafíos, China ha logrado atraer talento científico de Estados Unidos y ha experimentado un crecimiento significativo en el sector tecnológico.

Conclusión

El texto sugiere que la estrategia económica de China bajo Xi Jinping es arriesgada y presenta desafíos significativos. Si bien el país ha logrado avances en el sector tecnológico, la transición hacia un nuevo modelo de crecimiento no está exenta de problemas. La ineficiencia, el despilfarro y la falta de innovación genuina son algunos de los obstáculos que China debe superar para lograr su objetivo de convertirse en una potencia tecnológica global.