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Este texto, escrito por Erik Berglöf y Nahom Ghebrihiwet el 8 de Abril de 2025, analiza el riesgo de una década perdida para el crecimiento económico global, especialmente para los mercados emergentes y las economías en desarrollo (EMDE), debido a la fragmentación del comercio y la inversión, exacerbada por tensiones geopolíticas y el proteccionismo. Los autores trazan paralelismos con la década de 1930 y advierten sobre las consecuencias negativas para la descarbonización y el desarrollo sostenible.

Un dato importante es la advertencia sobre cómo la fragmentación del comercio global podría socavar los esfuerzos de descarbonización en los EMDE, poniendo en riesgo su acceso a mercados de exportación clave.

Resumen

• La década de 2020 se perfila como una década perdida para el crecimiento económico global, afectando especialmente a los EMDE.
• Se observan similitudes preocupantes con la década de 1930, incluyendo crisis económica, proteccionismo y tensiones geopolíticas.
• La fragmentación de los flujos comerciales y de inversión es prácticamente inevitable debido a los aranceles y las represalias comerciales.
• Los EMDE son particularmente vulnerables debido a las secuelas de la pandemia de COVID-19, el aumento de las tasas de interés, el fortalecimiento del dólar estadounidense y la crisis climática.
• Una guerra comercial a gran escala y restricciones a la inversión transfronteriza perjudicarían a la mayoría de los EMDE, que dependen del capital y la tecnología extranjeros para el crecimiento y la descarbonización.
• El comercio de tecnologías bajas en carbono (TBC) está aumentando, pero principalmente entre economías avanzadas, siendo insuficiente para impulsar el crecimiento y la descarbonización en los EMDE.
• Las restricciones comerciales a las TBC afectan cada vez más a China y a otros EMDE, limitando su acceso a mercados de exportación cruciales.
• La supresión de las cadenas de valor por motivos geopolíticos reducirá las oportunidades para los EMDE de atraer inversión extranjera en industrias verdes.
• Una nueva crisis comercial podría tener consecuencias más duraderas que la pandemia de COVID-19, ya que podría dañar la confianza en las cadenas de valor mundiales.

Conclusión

• A diferencia de la década de 1930, esta década perdida podría no generar una depresión económica grave ni una guerra mundial, pero sí un crecimiento más débil y un retraso en la lucha contra el cambio climático.
• Los países emergentes y en desarrollo serán los que paguen el precio más alto por esta situación.
• Erik Berglöf, economista jefe del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII), y Nahom Ghebrihiwet, economista del BAII, son los autores del artículo.