Este texto de Guillermo Fadanelli, escrito el 2 de diciembre de 2024, reflexiona sobre la naturaleza de los pensamientos "incorrectos" y la presión de la corrección política. El autor explora la relación entre la creatividad, la perversión y la moralidad, utilizando ejemplos literarios y políticos para argumentar su punto de vista.
Resumen:
Fadanelli cuestiona la idea de una mente exclusivamente bondadosa, argumentando que la virtud se sustenta en la lucha contra los vicios. Cita a Baudrillard para ilustrar la inevitabilidad de la estupidez incluso en las mentes más brillantes.
El autor relaciona la palabra "pervertir" con la idea de "torcer", y describe cómo su propia inclinación a "darle vueltas" a las cosas, considerada incorrecta por su familia y maestros, le ha proporcionado libertad creativa. Señala la existencia de quienes buscan "enderezar" a los demás, comparándolos con tribunales morales que a menudo se basan en la intuición y el exhibicionismo.
Fadanelli contrasta la recepción de Baudelaire, considerado tanto héroe de la modernidad como escritor maldito, con la posible reacción ante una obra similar en la actualidad. Señala la desmemoria del siglo XXI y la banalización de actos dañinos, ejemplificado con la elección de Donald Trump.
El autor propone que quienes tienen pensamientos "malos" pero no los llevan a la acción deberían ser reconocidos como héroes, al igual que Baudelaire. Cita a Jean-François Lyotard para comparar las ideas con las nubes, enfatizando su naturaleza cambiante e impredecible.
Finalmente, Fadanelli critica la corrección política, impulsada por corporaciones, la ataraxia histórica y las redes sociales, abogando por el diálogo, el entendimiento mutuo y la definición de límites éticos prudentes.
Conclusión:
El texto de Fadanelli defiende la importancia de la libertad de pensamiento, incluso cuando este pensamiento se considera "incorrecto" o "perverso".
Critica la imposición de una moralidad rígida y la falta de discernimiento en la aplicación de la corrección política.
Propone el diálogo y la reflexión como alternativas a la censura y la condena sumaria de ideas.
El autor se posiciona como un defensor de la creatividad y la libertad intelectual, incluso a costa de la incomodidad que pueda generar.