Este texto de Enrique Campos Suárez, escrito el 16 de diciembre de 2024, analiza la importancia de las calificaciones crediticias para el gobierno mexicano y la interacción entre el gobierno y las agencias calificadoras como Standard and Poor’s (S&P), Fitch Ratings y Moody’s. El autor explora la estrategia del gobierno para mantener la confianza de los inversionistas internacionales a pesar de las políticas económicas implementadas.
Resumen:
Visita de Roberto Sifón-Arévalo (S&P) y Shelly Shetty (Fitch Ratings) a Palacio Nacional: Se destaca la importancia de esta visita como una señal de que el gobierno mexicano busca mantener una buena relación con las agencias calificadoras.
El gobierno mexicano, a pesar de las políticas económicas del sexenio de López Obrador, busca evitar una baja en la calificación crediticia.
El papel de Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda, en la gestión de las finanzas públicas y su intento de recomponer el desbalance fiscal.
Moody’s ratificó la nota crediticia de México, pero cambió la perspectiva de Estable a Negativa, lo que generó una respuesta del gobierno.
La SHCP (Secretaría de Hacienda y Crédito Público) difundió la ratificación de la calificación de S&P, destacando la perspectiva Estable como una victoria para el gobierno.
El interés del gobierno de Claudia Sheinbaum en mantener el grado de inversión y su vinculación con la responsabilidad de la estabilidad financiera.
El comunicado 75 de la SHCP reafirma el compromiso de preservar la estabilidad financiera y la sostenibilidad de la deuda pública.
La visita de los representantes de las calificadoras a Palacio Nacional demuestra el interés del gobierno en mantener la calificación crediticia y evitar una crisis financiera.
Conclusión:
El gobierno mexicano muestra una gran preocupación por mantener su calificación crediticia, a pesar de las políticas económicas implementadas.
La interacción entre el gobierno y las agencias calificadoras es crucial para la estabilidad económica del país.
La estrategia del gobierno se centra en demostrar a los inversionistas internacionales un compromiso con la estabilidad financiera, aunque esto implique un cambio de enfoque respecto a las políticas económicas anteriores.
El mantenimiento del grado de inversión es vital para la estabilidad financiera de México, lograda en 30 años y amenazada en el sexenio actual.