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El texto de Tomás Lujambio, publicado en El Heraldo de México el 5 de noviembre de 2024, analiza cómo la proliferación de obras distópicas en el cine y la literatura refleja la acelerada transformación del mundo actual. El autor argumenta que, a diferencia del pasado, estas obras ya no funcionan como simples advertencias sobre futuros lejanos, sino como diagnósticos urgentes de la realidad presente.

Resumen

• La teoría de Terrence McKenna sobre la aceleración del tiempo, aunque carente de base científica, captura la sensación de un mundo que cambia rápidamente.
• Las obras de ficción, según Lucy Sargisson, interrogan el presente y advierten sobre el futuro, siendo las distopías las que predominan en la actualidad.
• Las distopías contemporáneas, a diferencia de obras clásicas como 1984 o Un mundo feliz, presentan futuros sombríos que parecen inminentes.
• Series como Black Mirror, Severance y películas como La Sustancia ejemplifican esta tendencia hacia distopías cercanas a la realidad presente.
• A pesar de la cercanía del futuro distópico que se presenta, estas obras mantienen su valor al invitar a la reflexión sobre los riesgos del presente y la responsabilidad hacia el futuro.

Conclusión

El artículo de Lujambio destaca la importancia de las obras distópicas contemporáneas como herramientas para comprender y confrontar los desafíos de un mundo en constante y acelerada transformación. La proximidad de los futuros distópicos retratados en estas obras no disminuye su valor, sino que, por el contrario, las convierte en llamadas de atención urgentes para la acción y la reflexión sobre el rumbo que está tomando la sociedad.