Este texto de Bjorn Lomborg, escrito el 19 de noviembre de 2024, analiza críticamente la cumbre climática de la ONU en Azerbaiyán, centrándose en las demandas de financiación de los países en desarrollo y la inviabilidad de estas peticiones a la luz de la situación política actual y las prioridades globales. Lomborg argumenta que el enfoque en las transferencias masivas de riqueza es erróneo e ineficaz para abordar el cambio climático y la pobreza.
Resumen:
La cumbre climática de la ONU en Azerbaiyán se celebra con pocas expectativas, especialmente tras la elección de Donald Trump.
Los países en desarrollo solicitan billones de dólares de los países ricos, inicialmente bajo la promesa (incumplida) de 100.000 millones de dólares anuales en 2020 por parte de Hillary Clinton, entonces Secretaria de Estado de Estados Unidos.
Se justifica la demanda de fondos argumentando los "daños climáticos" causados por las emisiones de los países ricos, a pesar de que los daños climáticos en relación al PIB mundial han disminuido desde 1990.
Se propone la creación de un fondo para "pérdidas y daños", con estimaciones que van desde 5,8 a 5,9 billones de dólares hasta 2030, o incluso hasta 238 billones de dólares para 2050.
Lomborg argumenta que estas demandas son prohibitivamente caras para los países ricos y que una mayoría abrumadora se opondría a ellas.
Se critica la falta de prioridad a problemas como la enfermedad, la desnutrición y la mala educación en los países en desarrollo.
Se sugiere una alternativa: invertir en innovación y desarrollo de energías verdes para reducir su costo y facilitar la transición energética en los países en desarrollo.
Lomborg concluye que el enfoque actual en las transferencias masivas de riqueza es irreal y que se debería priorizar una inversión más eficiente en investigación y desarrollo de tecnologías verdes. El economista del Grupo de Expertos sobre el Clima de la ONU, Ottmar Edenhofer, es citado para apoyar la idea de que la política climática se ha convertido en una herramienta de redistribución de la riqueza.
Conclusión:
Bjorn Lomborg argumenta que el enfoque actual en la cumbre climática de la ONU es erróneo y poco realista. En lugar de centrarse en transferencias masivas de riqueza, propone una inversión estratégica en innovación tecnológica para acelerar la transición a energías verdes, una solución que considera más eficiente y eficaz para abordar tanto el cambio climático como la pobreza global. La viabilidad política de esta propuesta, sin embargo, queda en entredicho dada la situación geopolítica actual y las prioridades de los diferentes actores involucrados.
