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El texto aborda el problema de la violencia en línea, específicamente el ciberacoso y los discursos de odio, y sus consecuencias en la sociedad.

Resumen

  • La polarización social y la resonancia de Internet han normalizado la violencia en línea, como el ciberacoso y los discursos de odio.
  • El ciberacoso implica molestar o hostigar a alguien reiteradamente, mientras que los discursos de odio atacan a personas o comunidades por su religión, nacionalidad, género, etnia, orientación sexual, discapacidad u otras características.
  • Estas formas de violencia buscan quebrantar la dignidad, generar daño emocional, psicológico o reputacional, y deshumanizar a los colectivos vulnerados.
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  • Según el MOCIBA 2023 del INEGI, el 20.9% de los internautas mexicanos de 12 años y más fueron víctimas de asedio virtual, siendo las mujeres entre los 12 a los 29 años las más afectadas.
  • La naturaleza de Internet, con su efecto multiplicador, transnacionalidad, permanencia de contenidos y anonimato, facilita la comisión de estos actos.
  • A pesar de la aparente impunidad, es posible identificar a los responsables, especialmente si se trata de conocidos o si se utilizan herramientas informáticas para rastrear datos y ubicaciones.
  • Los afectados suelen bloquear cuentas, ignorar comentarios, eliminarlos o denunciarlos públicamente.
  • Para combatir la violencia en línea, se requiere la corresponsabilidad de los gobiernos, los prestadores de servicios y la ciudadanía.
  • Se necesita un mayor control de perfiles y privacidad, así como una formación cívica y ética para una ciudadanía digital que no tolere la violencia en línea.

Conclusión

El texto destaca la importancia de combatir la violencia en línea, promoviendo la responsabilidad individual y colectiva, así como la implementación de medidas para proteger a los usuarios y garantizar una convivencia pacífica en el espacio digital.

Sección: Sociedad

 Este análisis con resumen se realiza con IA (🤖) y puede tener imprecisiones. leer el texto original 📑

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El Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación han perdido la capacidad de prevenir, arbitrar y sancionar prácticas fraudulentas.

El dato más importante es la baja participación ciudadana, con solo un 13% del padrón electoral votando en la elección judicial.

El análisis de Javier Aparicio revela que Aguilar ganó con mayor ventaja en estados gobernados por la oposición, no solo en Oaxaca.

La elección judicial evidenció una baja participación ciudadana y una lucha de poder dentro del obradorismo.