El texto de Raúl Zibechi, publicado el 20 de septiembre de 2024, analiza la creciente influencia de las policías privadas en el mundo, cuestionando la idea de que el Estado moderno tiene el monopolio de la violencia legítima.
Resumen
Zibechi argumenta que la privatización del Estado por parte del gran capital ha llevado a la proliferación de policías privadas, que no están reguladas adecuadamente y expanden sus áreas de intervención.
Según Asia Times, el mercado global de servicios de seguridad privada asciende a 248 mil millones de dólares y está transformando la aplicación de la ley en todo el mundo.
En muchos países, las policías privadas superan en número a la policía estatal, como en Sudáfrica, donde la relación es de cuatro a uno, y en Brasil, donde es de cinco a uno.
Zibechi destaca que las policías privadas surgen con el neoliberalismo y la desregulación de los estados, en un contexto de creciente desigualdad y desconfianza de las clases más ricas en la policía estatal.
Las policías privadas operan bajo contrato y no están sujetas al mismo nivel de regulación, supervisión o rendición de cuentas que la policía estatal.
Zibechi señala que las policías privadas están fuera de control y a menudo participan en la represión de manifestaciones y ocupaciones, como sucedió recientemente en Estados Unidos con el movimiento por Palestina.
Zibechi cuestiona el papel del Estado en un contexto de privatización de la violencia legítima, y se pregunta qué se busca realmente al ocupar cargos dentro del aparato estatal sin abordar la violencia privatizada.
Zibechi destaca el caso de Río de Janeiro, donde la violencia privada/privatizada tiene un poder tremendo, sosteniendo desde negocios ilegales hasta autoridades electas.
Zibechi concluye que los movimientos de los pueblos originarios y negros más conscientes han decidido defender sus territorios con sus autodefensas comunitarias.
Conclusión
El texto de Zibechi plantea una crítica contundente al modelo actual de seguridad, donde la privatización de la violencia legítima ha generado un sistema de control y represión fuera de control. Zibechi argumenta que la creciente influencia de las policías privadas representa una amenaza para la democracia y la seguridad ciudadana, y que es necesario repensar el papel del Estado en un contexto de creciente desigualdad y desregulación.
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