La administración Trump y los memes

El siguiente es un resumen del texto escrito por Ignacio Anaya el 9 de Agosto del 2025, publicado en El Heraldo de México. El artículo analiza el uso de memes por parte del gobierno de Estados Unidos, particularmente durante la administración de Donald Trump, como una forma de propaganda y legitimación del poder.

El Estado ahora se comunica a través de memes, priorizando las emociones sobre la información.

📝 Puntos clave

• El gobierno de Estados Unidos utiliza memes en sus cuentas oficiales para alabar a la administración actual, transformando estos espacios en herramientas de propaganda.
• Esta estrategia legitima el poder estatal al presentar recursos de propaganda visual con sellos institucionales.

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• El uso de memes desplaza la información objetiva, priorizando las emociones y construyendo una realidad a través del "troleo".
• Tendencias de internet son utilizadas para legitimar acciones como arrestos y deportaciones, normalizando la coerción a través del entretenimiento.
• La administración de Donald Trump ha llevado esta práctica a un punto máximo, con publicaciones semanales que alcanzan cientos de miles de "me gusta".
• Se plantea la interrogante de si otros gobiernos, especialmente los de derecha, adoptarán esta estrategia y si se convertirá en una forma de gobernar.

Lo malo y lo bueno 👎👍

¿Cuál es el aspecto más preocupante del uso de memes por parte del gobierno de Estados Unidos según el autor?

La normalización de la coerción y la crueldad a través del entretenimiento, donde actos como arrestos y deportaciones se presentan como inofensivos y digeribles, entrenando a la audiencia para aceptar la autoridad de manera acrítica.

¿Qué aspecto positivo, si lo hay, se puede extraer del análisis del autor sobre el uso de memes por parte del gobierno de Estados Unidos?

El autor no presenta un aspecto positivo directo, pero sí plantea la posibilidad de que esta estrategia quede como un rasgo distintivo y surreal de la administración de Donald Trump, sugiriendo que podría no convertirse en una práctica generalizada y permanente en la política.