La cancha inclinada

El texto de Jorge Triana, fechado el 9 de agosto de 2025, analiza la nueva reforma electoral en México, impulsada por el partido en el poder, Morena, y liderada por la presidenta electa Claudia Sheinbaum. El autor critica la falta de consenso y la composición del comité redactor, argumentando que busca asegurar el resultado electoral antes de la competencia, socavando la democracia.

El autor denuncia que el partido en el poder busca "apoderarse del árbitro" y "controlar las reglas" del juego electoral.

📝 Puntos clave

• La reforma electoral actual, impulsada por Morena, se percibe como una imposición unilateral, sin la participación de otros partidos políticos ni de la sociedad civil.
• El comité redactor, liderado por Pablo Gómez, carece de experiencia en derecho electoral y está compuesto por figuras con lealtades políticas incuestionables.

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• Se recuerda el "Plan A" y el "Plan B" del sexenio anterior de López Obrador, ambos intentos fallidos de controlar el INE y el sistema electoral.
• El autor argumenta que esta reforma busca "inclinar la cancha" a favor del partido en el poder, comprometiendo la integridad de las elecciones y la democracia en México.
• Se critica la simulación de "escuchar a todos" cuando el comité ya está trabajando en la reforma, según declaraciones de Pablo Gómez.

Lo malo y lo bueno 👎👍

¿Cuál es el principal problema que plantea el texto sobre la reforma electoral?

El principal problema es la falta de consenso y la imposición de una reforma electoral por parte del partido en el poder, Morena, sin la participación de otros partidos políticos ni de la sociedad civil. Esto genera desconfianza y pone en riesgo la imparcialidad del proceso electoral, ya que se percibe como un intento de asegurar el resultado antes de la competencia.

¿Existe algún aspecto positivo que se pueda rescatar de la situación descrita en el texto?

Aunque el texto es crítico, se puede rescatar la importancia de la vigilancia ciudadana y la defensa de las instituciones democráticas. El hecho de que el "Plan A" y el "Plan B" hayan sido rechazados en el pasado demuestra que la oposición y la sociedad civil pueden ejercer presión y defender la integridad del sistema electoral.