Este texto de Einat Kranz Neiger, escrito el 2 de diciembre de 2024, analiza la decisión de la Corte Penal Internacional (CPI) de emitir órdenes de arresto contra funcionarios israelíes, argumentando que esta decisión refleja una politización del tribunal y una desconexión de la realidad del conflicto israelo-palestino. El texto contrasta la postura de Israel con la de Hamás, destacando la hipocresía de la CPI al ignorar las atrocidades cometidas por este último.
Resumen:
En 1998, el juez Eli Nathan, representante de Israel en la creación de la CPI, expresó su preocupación por la posible politización del tribunal.
Veinticinco años después, las órdenes de arresto contra funcionarios israelíes confirman los temores de Nathan.
La CPI ignora el principio de complementariedad, ya que Israel posee un sistema judicial capaz de investigar los presuntos crímenes.
La decisión de la CPI ignora la realidad del conflicto, incluyendo el envío de ayuda humanitaria a Gaza y las acciones de Hamás.
La selección de "expertos imparciales" por parte del Fiscal de la CPI muestra un sesgo contra Israel, careciendo de expertos en temas militares y leyes de conflictos armados.
La opinión de John Spencer, experto en guerra urbana, contrasta con la visión de la CPI, destacando las precauciones tomadas por Israel para prevenir daños civiles.
La decisión de la CPI se acerca a la predicción de Nathan de que el tribunal se convertiría en un instrumento de abuso político.
Conclusión:
La decisión de la CPI es profundamente injusta e ignora la realidad del conflicto israelo-palestino.
La politización de la CPI socava su credibilidad y legitimidad.
La falta de expertos militares en el panel de la CPI demuestra un sesgo y una falta de comprensión del contexto del conflicto.
La decisión de la CPI beneficia a Hamás y perjudica los esfuerzos de paz en la región.
La autora, Einat Kranz Neiger, concluye que la CPI se ha acercado a convertirse en un foro de abuso político, tal como temía el juez Nathan.