Este texto de Eduardo R. Huchim, publicado el 19 de diciembre de 2024, explora la historia de la Lotería Nacional de México (Lotenal), su evolución, impacto social y las curiosidades que rodean a sus ganadores. El artículo también toca el tema del juego responsable y la probabilidad estadística de ganar.
Resumen:
La Lotería Nacional de México tiene sus orígenes en 1770, durante el virreinato de la Nueva España, como una forma de recaudación de fondos para obras públicas y benéficas.
Después de la independencia, la lotería ganó popularidad, dando origen a la práctica de los "cachitos" y las "vaquitas", la compra colectiva de boletos.
La Lotenal se ha adaptado a la era digital, ofreciendo la compra de boletos en línea, pero mantiene una fuerte presencia cultural y social en México.
En 2024, la Lotenal rompió su récord de ingresos por segundo año consecutivo, superando los 18,500 millones de pesos, con una utilidad anual de 3,000 millones de pesos para la Tesorería de la Federación.
La Lotenal promueve el juego responsable, diferenciándose de los juegos de casino y enfatizando la importancia de no comprometer recursos esenciales.
Se comparan las probabilidades de ganar en la Lotenal y en el Melate, destacando la mayor dificultad de este último.
El artículo menciona la entrega anual de premios por 9,000 millones de pesos, incluyendo premios pequeños, medianos y reintegros.
Se mencionan anécdotas de grandes ganadores, incluyendo la historia del ex gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, quien ganó dos veces el premio mayor.
Se incluye el caso de Bill Morgan en Australia, quien ganó dos veces la lotería tras un accidente casi fatal, uno de ellos filmado por 9News Australia.
Conclusión:
La Lotería Nacional de México es una institución con una larga historia y un impacto significativo en la sociedad mexicana.
A pesar de los riesgos de la ludopatía, la Lotenal promueve el juego responsable.
Las probabilidades de ganar son bajas, pero la posibilidad existe, y se entregan miles de premios cada sorteo.
Las historias de grandes ganadores, como las de Fidel Herrera y Bill Morgan, ilustran la imprevisibilidad del azar.