Este texto, escrito por Jorge Elbaum el 16 de Diciembre de 2024, analiza las causas y consecuencias de la caída del régimen de Bachar al-Asad en Siria, destacando la sorprendente falta de resistencia militar y las implicaciones geopolíticas del evento. El autor identifica varios actores involucrados y sus motivaciones, ofreciendo una perspectiva sobre el nuevo orden que emerge en la región.
Resumen:
La caída de Bachar al-Asad se debió a una combinación de factores, incluyendo la incapacidad de las fuerzas leales al gobierno para recuperar territorios perdidos ante grupos insurgentes durante seis años.
La fragmentación territorial de Siria ya existía desde 2018, con tres principales actores controlando diferentes regiones: el Ejército Nacional (aliado de Turquía), las Fuerzas Democráticas Kurdas (apoyadas por Estados Unidos e Israel), y la Organización para la Liberación del Levante (HTS), un grupo islamista sunita que tomó Damasco.
La pérdida de confianza de los mandos militares en Al-Asad, debido a rumores de negociaciones con las monarquías del Golfo para la construcción de un gasoducto, contribuyó a la caída del régimen.
El deterioro de la legitimidad del gobierno alauita de Al-Asad, exacerbado por la propaganda de las monarquías del Golfo que promovía un gobierno sunita, debilitó aún más su posición.
La decisión de Rusia e Irán de no intervenir militarmente fue crucial. Rusia negoció la permanencia de sus bases militares en Siria con el nuevo gobierno de HTS, mientras que Irán perdió confianza en Al-Asad debido a sus presuntas negociaciones con Arabia Saudita y su inacción ante los ataques aéreos de Israel.
Turquía, Israel, las monarquías del Golfo y Estados Unidos son considerados ganadores provisionales, cada uno con sus propios objetivos. La caída de Al-Asad debilita a Irán y permite a Turquía expandir su influencia. Israel logra cortar una ruta de suministro iraní hacia Líbano.
El autor relaciona la situación con la estrategia de "divide y vencerás", argumentando que las potencias occidentales buscan fragmentar estados para impedir su alineación con los BRICS+ y el Sur Global.
Conclusión:
La caída de Al-Asad marca un cambio significativo en el panorama geopolítico de Medio Oriente.
El nuevo orden en Siria es inestable y está sujeto a tensiones entre diferentes actores con intereses contrapuestos.
La estrategia de "divide y vencerás" parece estar en juego en la configuración del nuevo orden mundial.
El futuro de Siria y la región permanece incierto, sujeto a las dinámicas de poder entre las potencias regionales y globales.