Este texto de Alejandra López De Alba G., escrito el 13 de Diciembre de 2024, analiza las consecuencias de la caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria y sus implicaciones geopolíticas en Oriente Medio. El texto explora las reacciones de diferentes actores internacionales ante este cambio de régimen, así como los desafíos para la reconstrucción del país.
Resumen:
La rápida toma de Damasco por Hayat Tahrir al-Sham (HTS) en once días ha generado incertidumbre sobre el futuro de Siria.
Mohammad al-Bashir, un líder afín a HTS en Idlib, ha sido designado Primer Ministro.
HTS, a pesar de su pasado vinculado a Al-Qaeda, busca demostrar su capacidad de gobernar y unificar Siria.
Israel ha establecido una "zona defensiva estéril".
Türkiye se presenta como mediador potencial, pero advierte contra el apoyo al PKK.
Estados Unidos, bajo el presidente electo Trump, ha mostrado una postura de no intervención activa.
China ha sufrido un revés estratégico, perdiendo a un aliado clave en Assad.
Rusia, con sus intereses estratégicos en juego, enfrenta un desafío diplomático complejo, especialmente tras la guerra en Ucrania. La huida de diplomáticos rusos de Damasco es un indicador de la situación.
Irán ha sufrido un golpe estratégico con la pérdida de Assad, comprometiendo su corredor hacia el Mediterráneo y su apoyo a Hezbollah en Líbano.
El éxito de la transición dependerá de la capacidad de las nuevas autoridades para equilibrar los intereses de múltiples actores y construir instituciones inclusivas. La situación de los siete millones de refugiados sirios es crucial.
Conclusión:
El futuro de Siria es incierto y depende de la capacidad de los actores nacionales e internacionales para priorizar la estabilidad regional sobre sus ambiciones particulares.
La volatilidad de la dinámica internacional podría afectar negativamente la estabilidad siria.
La reconstrucción de Siria requerirá un esfuerzo conjunto de la comunidad internacional, con un enfoque en la autodeterminación del pueblo sirio.
La situación de los refugiados sirios es un factor clave para la estabilidad a largo plazo.