Este texto de Mauricio Meschoulam, escrito el 4 de noviembre de 2024, analiza la escalada de tensión entre Irán e Israel, tras un ataque israelí a Irán el 26 de octubre como represalia por un ataque iraní anterior. El autor explora las narrativas de ambos países y las posibles implicaciones de una nueva respuesta iraní.
Resumen:
Israel atacó objetivos militares iraníes el 26 de octubre, presentándolo como una represalia de precisión, buscando evitar una escalada mayor.
Inicialmente, la respuesta iraní fue minimizada, sugiriendo una posible desescalada. La narrativa iraní enfatizaba la falta de daños significativos.
Sin embargo, la revelación de cuatro muertes entre las Guardias Revolucionarias Islámicas y los daños a instalaciones militares iraníes cambiaron la percepción de la situación.
Las voces más duras en Teherán presionaron por una represalia significativa, argumentando que una respuesta débil mostraría debilidad ante Israel.
Se reportó que Irán planea un ataque de gran envergadura como represalia, utilizando drones, misiles crucero y balísticos, posiblemente desde Irak con la participación de milicias proiraníes y el ejército iraní.
La fecha del ataque iraní es incierta, con especulaciones sobre su influencia en las elecciones de Estados Unidos. Algunos medios sugieren que el ataque podría ocurrir después del 5 de noviembre para evitar favorecer a Donald Trump.
Israel y Estados Unidos se están preparando para una respuesta contundente, con Israel amenazando con atacar instalaciones nucleares o energéticas si es necesario, y Estados Unidos con una posible participación ofensiva.
Las filtraciones a los medios, aunque podrían ser parte de una guerra informativa, sugieren que Irán, a pesar de la fuerza del ataque planeado, busca evitar una guerra a gran escala.
La participación de grupos aliados como los houthis y Hezbollah también es una posibilidad.
Philip Gordon, posible futuro asesor de seguridad nacional de Kamala Harris, fue un negociador clave del acuerdo nuclear iraní durante la administración de Obama. Esto se menciona en el contexto de la disposición de Irán a negociar con la administración Biden.
Conclusión:
La situación entre Irán e Israel permanece extremadamente tensa y volátil. Aunque Irán parece buscar enviar un mensaje contundente, la posibilidad de una guerra a gran escala sigue siendo real, dependiendo de la magnitud del ataque iraní y la respuesta de Israel y Estados Unidos. Las filtraciones de información, la retórica beligerante y la preparación militar de ambas partes indican una situación crítica que requiere una cuidadosa observación.