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El texto analiza el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2025 para el sector salud en México, destacando las contradicciones entre la expansión del IMSS Bienestar y los recortes en áreas cruciales como la prevención y la rectoría del sistema. Se evalúa el impacto de estos cambios en diferentes instituciones y sus implicaciones para la construcción de un sistema de salud universal.

Resumen

• El presupuesto del sector salud aumenta un 8.7% nominalmente (3.8% real), pero la distribución revela inconsistencias.
• IMSS y ISSSTE reciben incrementos reales moderados (4.2% y 5.4% respectivamente), insuficientes para atender la creciente demanda.
• IMSS Bienestar recibe un aumento real del 22.8%, priorizando la atención directa pero descuidando la salud comunitaria.
• La Secretaría de Salud sufre una reducción real del 34.3%, afectando su capacidad de rectoría y coordinación. Sus subsecretarías también experimentan recortes significativos: la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud (9.6% menos) y la Subsecretaría de Integración y Desarrollo del Sector Salud (17.5% menos). La salida del subsecretario Eduardo Clark parece ignorar la saturación del personal de salud.
• El Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA) presenta recortes significativos, especialmente en la Prestación de Servicios de Salud a la Comunidad (43.4% menos), limitando la prevención. La rectoría del sistema también se ve afectada con una disminución del 40%.
• Los Institutos Nacionales de Alta Especialidad enfrentan recortes entre 11% y 15.6%, contradiciendo la promesa de gratuidad en el sistema universal, incluso el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, dirigido anteriormente por el Dr. Kershenobich, actual secretario de Salud.

Conclusión

El PPEF 2025 refleja una estrategia ambigua para la universalización del sistema de salud en México. Si bien se impulsa la expansión del IMSS Bienestar, se debilitan áreas fundamentales para la prevención, la coordinación y la rectoría. Lograr un sistema universal requiere una estrategia integral que considere la atención curativa, la prevención y una gobernanza efectiva, más allá de las cifras presupuestarias. La administración debe reconocer y corregir los desbalances para alcanzar la aspiración de un sistema verdaderamente universal.