Este texto de la Dra. Carmen Amezcua, escrito el 14 de Noviembre de 2024, explora el uso de la ibogaína en el tratamiento de adicciones en México y Latinoamérica, destacando tanto sus potenciales beneficios como sus riesgos asociados a la falta de regulación. La Dra. Amezcua comparte la experiencia de un paciente que recibió un tratamiento inadecuado, enfatizando la necesidad de un marco regulatorio y de profesionales capacitados para administrar este potente enteógeno.

Resumen:

  • Un paciente con adicción a opioides buscó tratamiento con ibogaína en una clínica en México, experimentando tanto beneficios (disminución de síntomas de abstinencia) como efectos secundarios graves y falta de seguimiento médico adecuado.
  • El consumo de sustancias ilícitas en México está en aumento, según la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT), con un 10.3% de la población de 12 a 65 años afectada. A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima más de 35 millones de personas con trastornos por consumo de sustancias.
  • La ibogaína, derivada de la planta iboga, se utiliza como tratamiento potencial para adicciones a opioides y alcohol, pero su uso en México carece de regulación adecuada, lo que lleva a clínicas a operar sin supervisión profesional.
  • La experiencia del paciente con ibogaína incluyó abandono y falta de atención médica post-tratamiento, resaltando los riesgos de clínicas no reguladas.
  • La iboga tiene un significado espiritual profundo para la comunidad Bwiti en Gabón, utilizándose en ceremonias ancestrales. Howard Lotsof, un investigador estadounidense, identificó su potencial terapéutico en los años 60.
  • El "viaje de ibogaína" es una experiencia intensa, dividida en una fase visual introspectiva y una de procesamiento profundo, que puede ser emocional y físicamente desafiante. No es una experiencia recreativa.
  • Se necesitan estudios clínicos exhaustivos para comprender el mecanismo de acción de la ibogaína, establecer dosis seguras y determinar los perfiles de pacientes adecuados.
  • Se requiere un marco regulatorio en México y otros países para el uso ético y seguro de la ibogaína, equilibrando la ciencia y la tradición.

Conclusión:

El texto de la Dra. Amezcua resalta la necesidad urgente de regular el uso de la ibogaína en México y Latinoamérica. Si bien la planta muestra potencial terapéutico para el tratamiento de adicciones, la falta de regulación y la práctica inadecuada ponen en riesgo la salud y la seguridad de los pacientes. Se enfatiza la importancia de la investigación científica y el respeto por las prácticas tradicionales para un uso ético y seguro de esta sustancia.

Sección: Salud

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