Este texto, escrito por Mariana Mazzucato el 20 de enero de 2025, analiza la estrategia industrial del gobierno laborista del Reino Unido y su enfoque en la colaboración público-privada para abordar desafíos económicos y sociales. Se critica la falta de una estrategia clara orientada a misiones y se proponen alternativas para una colaboración más efectiva y beneficiosa para el país.
El gobierno laborista del Reino Unido necesita una estrategia industrial orientada a misiones, no a sectores específicos, para lograr una colaboración público-privada efectiva y beneficiosa.
Resumen
El documento "Invest 2035" del Ministerio de Negocios y Comercio del Reino Unido es un buen comienzo, pero necesita un enfoque en misiones fundamentales, como la emisión neta nula de carbono, en lugar de sectores específicos.
La colaboración público-privada en el Reino Unido ha tenido resultados mixtos, con ejemplos de sobrepago al sector privado y falta de cumplimiento de objetivos (ej. Nissan, iniciativas de financiación privada de los años 90).
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Se presentan ejemplos positivos de colaboración público-privada en otros países: KfW en Alemania, el plan de rescate a Air France en Francia, y la Ley de CHIPS y Ciencia en Estados Unidos.
El desarrollo de la vacuna contra la COVID-19 de Oxford/AstraZeneca y la compra de Bulb por Octopus Energy son ejemplos de colaboración público-privada exitosa en el Reino Unido.
El gobierno laborista ha realizado acuerdos con Macquarie, Blackstone y otras entidades por más de 60.000 millones de libras, pero sin establecer expectativas claras ni compartir riesgos y recompensas.
El apoyo a las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (22.000 millones de libras) beneficia a las grandes petroleras sin exigirles responsabilidades en la transición verde.
Se necesita un enfoque en el crecimiento inclusivo y sostenible, mejorando la gobernanza empresarial y evitando situaciones como la de Thames Water.
El Nuevo Fondo Soberano del Reino Unido (NWF) y Great British Energy pueden ser herramientas importantes si se implementan correctamente.
El NWF debería condicionar la inversión pública, proveer acceso público a la propiedad intelectual, crear incentivos para inversiones alineadas con misiones y utilizar programas de garantías de préstamos y rescates para impulsar la descarbonización y mejorar las condiciones laborales.
La compra pública, que representa un tercio del gasto público, puede dirigir inversiones hacia objetivos estratégicos.
El gobierno británico debe pasar de un enfoque sectorial a uno orientado a misiones, con una colaboración público-privada basada en la confianza y orientada a resultados.
Conclusión
El gobierno laborista del Reino Unido reconoce la necesidad de una nueva estrategia económica, pero su enfoque actual es insuficiente.
Una estrategia orientada a misiones, con una colaboración público-privada efectiva, es crucial para lograr un crecimiento inclusivo y sostenible.
La implementación correcta del NWF y Great British Energy, junto con el uso estratégico de la compra pública, son pasos importantes para alcanzar este objetivo.
Se necesita un cambio de mentalidad, pasando de una postura "incondicionalmente proempresa" a una de autoconfianza y exigencia de resultados al sector privado.
