Universidad y espiritualidad. ¿Puede el humanismo sobrevivir sin Dios?

El texto de Mirna Bañuelos Hernández, fechado el 23 de Septiembre de 2025, reflexiona sobre la creciente desconexión de los jóvenes universitarios con la fe y la importancia de la espiritualidad en la educación superior, tomando como base la obra de Henri de Lubac, "El drama del humanismo ateo".

La obra de Henri de Lubac cumple 80 años de haberse publicado.

📝 Puntos clave

• La autora observa una creciente indiferencia o escepticismo hacia la fe entre los jóvenes que ingresan a la universidad.
• Se destaca la obra de Henri de Lubac, "El drama del humanismo ateo", como una reflexión relevante sobre la necesidad de Dios para sostener la dignidad humana.

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• Se argumenta que el ateísmo moderno no es solo una negación de Dios, sino una construcción activa de un mundo sin Dios.
• La universidad, especialmente la Universidad Iberoamericana Torreón, tiene la responsabilidad de abrir espacios para el diálogo sobre la espiritualidad, no como adoctrinamiento, sino como una apertura a las grandes preguntas de la vida.
• Se enfatiza que la espiritualidad no debe ser impuesta, sino entendida como una dimensión esencial del ser humano, que busca sentido, verdad y belleza.
• Se concluye que recuperar la dimensión espiritual en la educación superior es una necesidad para formar profesionales competentes y con sentido.

Lo malo y lo bueno 👎👍

¿Qué aspecto del texto podría generar controversia o ser considerado problemático?

La insistencia en la necesidad de Dios para sostener la dignidad humana podría ser vista como excluyente o impositiva para aquellos que no comparten creencias religiosas. Además, la generalización sobre la "desconexión" de los jóvenes con la fe podría no reflejar la diversidad de experiencias y perspectivas dentro de la población estudiantil.

¿Qué aspecto del texto consideras más valioso o positivo?

La invitación a la Universidad Iberoamericana Torreón y a otras instituciones de educación superior a abrir espacios para el diálogo sobre la espiritualidad, entendida no como adoctrinamiento, sino como una dimensión esencial del ser humano en busca de sentido, verdad y belleza. Este enfoque promueve la formación integral y el desarrollo de un pensamiento crítico que no excluye las grandes preguntas de la vida.