Telegram: la guerra por la “libertad de expresión”

El texto, escrito por Mael Vallejo el 30 de agosto de 2024, analiza el arresto en Francia del empresario Pável Dúrov, CEO y cofundador de la aplicación de mensajería Telegram, y sus implicaciones en el debate sobre la libertad de expresión en internet y la responsabilidad de las empresas de redes sociales.

Resumen

• El arresto de Dúrov ha generado un debate sobre los límites de la libertad de expresión en internet y la responsabilidad de las empresas de redes sociales por los contenidos que se comparten en sus plataformas.
• Telegram, desde su lanzamiento, ha mantenido una política de no inmiscuirse en la información que envían sus usuarios, lo que la ha convertido en un espacio seguro para compartir información en Estados totalitarios, pero también ha permitido la operación de terroristas y traficantes.

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• Dúrov se enfrenta a acusaciones relacionadas con actividades ilícitas que se realizan en la aplicación y podría enfrentar hasta 10 años de prisión.
• El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha defendido la libertad de expresión dentro de un marco legal, mientras que otros, como Elon Musk y Edward Snowden, han criticado la detención como un acto de censura.
• El debate sobre la regulación gubernamental y la autorregulación de las empresas de redes sociales en relación con discursos de odio, crímenes y el uso de datos de los usuarios no es nuevo.
• Facebook, Twitter, WhatsApp y otras plataformas han intentado moderar la violencia y el uso ilegal de datos, pero la detención de Dúrov ha cambiado la postura de estas empresas.
• Existe una guerra por la narrativa sobre si moderar el contenido va en contra de la libertad de expresión o si es una responsabilidad de las plataformas contener la violencia y los crímenes.
• Twitter (hoy X), desde que fue adquirido por Elon Musk, ha dejado de moderar el contenido de odio.
• Mark Zuckerberg, CEO de Meta, ha acusado al gobierno de Estados Unidos de presionar a Facebook para censurar contenidos relacionados con el COVID-19.
• TikTok no ha sido transparente sobre el uso que da a los datos de los usuarios y el gobierno de Estados Unidos sospecha que el gobierno de China utiliza la aplicación para espionaje.
• El autor reconoce que existe un riesgo en que los gobiernos y las empresas limiten la libertad de expresión, pero también considera absurdo pensar que las plataformas se van a regular solas.
• El autor concluye que la narrativa, y no los datos, probablemente se impondrá en este debate sobre la libertad de expresión.