¿Qué tan lejos estamos de un desabasto de gasolina?

El texto de Atzayaelh Torres, fechado el 23 de Agosto de 2025, analiza la vulnerabilidad del suministro de gasolina en México, a pesar de la ausencia de problemas recientes de desabasto. El autor identifica riesgos clave que podrían llevar a un colapso en el suministro de combustibles.

La falta de infraestructura de almacenamiento y transporte es un riesgo clave, con inventarios que apenas duran 2 o 3 días, en comparación con los 90 días promedio en otros países.

📝 Puntos clave

• La infraestructura de almacenamiento y transporte de combustible en México es insuficiente, lo que limita la capacidad de respuesta ante interrupciones en el suministro.
• La reforma energética de Peña Nieto de 2013, que buscaba aumentar los inventarios de combustibles, fue revertida, dejando al país vulnerable.

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• México depende en gran medida de las importaciones de gasolina, principalmente de Estados Unidos, lo que lo hace susceptible a presiones políticas y comerciales.
• La renegociación del T-MEC y las tensiones con Estados Unidos en materia energética representan un riesgo para el suministro de gasolina.
• La "última milla" de la cadena logística, que involucra a transportistas sindicalizados, presenta debilidades debido a problemas de pago por parte de Pemex.
• El incremento en la productividad de las refinerías en el país no es suficiente para garantizar el abasto de gasolinas.

Lo malo y lo bueno 👎👍

¿Cuál es el aspecto más preocupante que plantea el texto sobre el suministro de gasolina en México?

La dependencia excesiva de las importaciones de gasolina, especialmente de Estados Unidos, y la falta de infraestructura de almacenamiento adecuada son los aspectos más preocupantes. Esto deja a México vulnerable a las fluctuaciones del mercado internacional, a las presiones políticas y a posibles interrupciones en el suministro.

¿Qué aspecto positivo, si lo hay, se menciona en el texto en relación con el suministro de gasolina en México?

El único aspecto positivo mencionado es el intento de la reforma energética de Peña Nieto de 2013 para aumentar los inventarios de combustibles, aunque esta iniciativa fue posteriormente revertida. Esto indica que al menos hubo un reconocimiento previo de la necesidad de mejorar la seguridad del suministro.