Los penales van mejorando

Este texto, escrito por Víctor Martínez Lucio el 10 de Junio de 2025, presenta un panorama de la situación actual en los penales de Nuevo León, tras el cierre del penal del Topo Chico y los esfuerzos por mejorar las condiciones y readaptación de los internos. El autor busca ofrecer una visión directa y contrastada, incluyendo testimonios de los propios reclusos.

El texto destaca la transición de los penales hacia centros de readaptación con prácticas validadas y supervisadas, tras años de problemas y autogobierno.

📝 Puntos clave

• El artículo explora la situación de los penales en Nuevo León después del cierre del penal del Topo Chico en Septiembre de 2019.
• Se menciona una riña en el penal de Apodaca número 1 el 7 de enero de 2022, con más de 70 heridos y el traslado de más de 90 internos.

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• Se destaca la desarticulación de grupos dedicados a la extorsión, tráfico de drogas y cobro de piso.
• Se enfatiza la inversión realizada y la contratación de una compañía privada para mejorar la gestión de los penales.
• Se incluyen testimonios de internos como Diego Santoy Riveroll y Omar Ortiz El Gato, quienes reconocen cambios positivos en el sistema penitenciario.
• Omar Ortiz reflexiona sobre el impacto negativo de la tecnología en las relaciones familiares.

Lo malo y lo bueno 👎👍

¿Qué aspectos negativos se pueden identificar en el texto sobre la situación de los penales en Nuevo León?

La persistencia de problemas como la sobrepoblación, la violencia (como la riña en Apodaca), y la necesidad de contratar una compañía privada para la gestión, sugieren que aún existen desafíos importantes en el sistema penitenciario de Nuevo León. Además, el hecho de que Diego Santoy Riveroll muestre desconfianza y no acceda a una entrevista completa indica que la transparencia y la confianza en el sistema aún no son plenas.

¿Qué aspectos positivos se resaltan en el texto sobre la transformación de los penales en Nuevo León?

El texto destaca la desarticulación de grupos criminales, la implementación de prácticas validadas y supervisadas por derechos humanos, y los testimonios de internos como Omar Ortiz, quien describe un cambio radical en su vida y valora la disciplina y estructura del penal. Estos elementos sugieren que los esfuerzos por transformar los penales en centros de readaptación están dando resultados positivos, aunque aún queda camino por recorrer.