Este texto de Carlos Fazio, escrito el 9 de diciembre de 2024, analiza el impacto del nuevo sistema de misiles hipersónicos ruso Oreshnik en la guerra en Ucrania y sus implicaciones geopolíticas. El autor argumenta que la prueba exitosa del misil ha alterado significativamente el curso del conflicto y ha expuesto las fallas de la estrategia occidental.
Resumen:
La prueba del misil hipersónico ruso Oreshnik ha tenido un efecto disuasivo significativo, desmintiendo la estrategia occidental de "guerra por delegación" contra Rusia.
La estrategia occidental, impulsada por Estados Unidos, la OTAN, la CIA, el MI6 y el Pentágono, buscaba el colapso interno del régimen de Vladimir Putin a través del desgaste económico y militar. Esta estrategia se basaba en la idea de un Putin débil y un pueblo ruso en su contra.
Megan Stack, en un editorial de The New York Times, describe la estrategia estadounidense como una "guerra por delegación", confirmando la intención de "debilitar" a Putin sin un enfrentamiento directo.
A pesar de los éxitos económicos y políticos occidentales (destrucción de la economía y soberanía europea, aumento del gasto militar de la OTAN, incorporación de Suecia y Finlandia), Estados Unidos ha perdido militarmente la guerra en Ucrania.
El misil Oreshnik, con su capacidad de alcanzar múltiples objetivos y evadir sistemas de defensa antimisiles, ha restablecido la paridad estratégica entre Rusia y Estados Unidos.
La nueva postura de Volodymyr Zelensky, sugiriendo la cesión temporal de territorios, y la de Jens Stoltenberg, abogando por la cesión temporal de territorios para lograr un alto el fuego, reflejan la falta de perspectivas militares para Ucrania.
La OTAN busca "congelar" la guerra y fortalecer a Ucrania para negociar desde una posición más ventajosa. El general retirado Keith Kellogg, propuesto por Trump como mediador, propone una zona desmilitarizada, una idea inaceptable para Moscú.
Vladimir Putin ha establecido las condiciones para las negociaciones, incluyendo la retirada de las tropas ucranianas de los territorios anexionados por Rusia, el reconocimiento de estos territorios, la neutralidad y desmilitarización de Ucrania, y el levantamiento de las sanciones.
Serguei Lavrov ha descrito el conflicto como una "guerra híbrida" de Estados Unidos contra Rusia, enfatizando que Rusia controla actualmente el conflicto y no está dispuesta a ceder constantemente. El envío del misil Oreshnik fue una "señal" de Rusia.
Conclusión:
La prueba del misil Oreshnik marca un punto de inflexión en la guerra en Ucrania, debilitando la estrategia occidental y fortaleciendo la posición de Rusia.
La posibilidad de una negociación de paz depende de la voluntad de Estados Unidos y la OTAN de aceptar las condiciones de Rusia, lo cual parece improbable en el corto plazo.
La escalada a una guerra nuclear, aunque no deseada por Rusia, sigue siendo una posibilidad si Estados Unidos y sus aliados no reevaluan su estrategia.
El futuro del conflicto depende de la capacidad de las partes para encontrar una solución diplomática que tenga en cuenta las preocupaciones de seguridad de Rusia.