Este texto de Gustavo Rentería, del 9 de Diciembre de 2024, describe la toma de posesión de Eduardo Ramírez Aguilar como gobernador de Chiapas, en medio de un contexto de violencia e inseguridad en la entidad. El artículo destaca la presencia de representantes de otros estados y la promesa del nuevo gobernador de pacificar la región.
Resumen:
Eduardo Ramírez Aguilar rindió protesta como nuevo gobernador de Chiapas en Tuxtla Gutiérrez.
La ceremonia se llevó a cabo en medio de una intensa lucha entre el Cártel de Sinaloa, el Jalisco Nueva Generación y grupos locales por el control territorial en diferentes regiones de Chiapas (Sierra, zona Norte, Los Altos, Selva, Costa, Soconusco y Fraylesca).
Ramírez Aguilar prometió pacificar el estado y mejorar las condiciones de vida de los chiapanecos, especialmente en las zonas fronterizas con Centroamérica.
El gobierno de Claudia Sheinbaum envió al almirante secretario Pedro Raymundo Morales como representante personal de la Presidenta, anunciando que la Marina tomará el control de Chiapas.
Ramírez Aguilar delegó responsabilidades a la Marina, al nuevo titular de la Secretaría de Seguridad del Pueblo, Óscar Alberto Aparicio, y al Fiscal estatal, Jorge Luis Llaven Abarca, advirtiéndoles que su permanencia dependerá de los resultados.
Asistieron gobernadores de otros estados: Layda Sansores (Campeche), Ricardo Gallardo (San Luis Potosí), Julio Menchaca (Hidalgo), Mara Lezama (Quintana Roo), Miguel Ángel Navarro (Nayarit), Salomón Jara (Oaxaca), Sergio Salomón (Puebla), Joaquín Díaz Mena (Yucatán), Delfina Gómez (Estado de México), Javier May (Tabasco), Rocío Nahle (Veracruz), David Monreal (Zacatecas), Alejandro Armenta (electo de Puebla) y Mauricio Kuri (Querétaro).
Ramírez Aguilar se comprometió a construir la carretera Palenque-San Cristóbal de las Casas.
Ramírez Aguilar mencionó la necesidad de combatir la extorsión, el derecho de piso y los asaltos en carreteras.
Conclusión:
El texto presenta un panorama complejo de la situación en Chiapas, donde la inseguridad y la violencia son desafíos importantes para el nuevo gobierno.
La promesa de pacificación de Ramírez Aguilar es ambiciosa y su éxito dependerá de la efectividad de las estrategias implementadas.
La presencia de la Marina y la advertencia a los funcionarios estatales reflejan la gravedad de la situación y la determinación del gobierno federal de intervenir.
El futuro de Chiapas dependerá de la capacidad del nuevo gobernador para cumplir sus promesas y abordar los problemas de inseguridad y desarrollo.
