Este texto de Mario Luis Fuentes, escrito el 9 de diciembre de 2024, analiza la profunda relación entre el crimen organizado, la violencia y la economía mexicana, centrándose en el impacto negativo en las pequeñas y medianas empresas (pymes y mipymes) y en el Producto Interno Bruto (PIB) de varias entidades federativas. El autor argumenta que la inseguridad no es solo un problema de seguridad pública, sino un grave obstáculo para el desarrollo económico y social del país.
Resumen:
El crimen organizado y la violencia en México afectan estructuralmente la economía nacional, especialmente a las pymes y mipymes, a través de la extorsión, el robo y el despojo.
Estados con alta contribución al PIB como el Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Baja California, Chihuahua, Sinaloa y Sonora, sufren una paradoja: son económicamente importantes pero también altamente violentos.
La inseguridad representa entre el 1% y el 3% del PIB anual según el INEGI.
Se detallan los impactos específicos de la violencia en cada estado mencionado, incluyendo la presencia de cárteles como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y las consecuencias en sectores económicos clave.
Las consecuencias socioeconómicas incluyen reducción de inversiones, aumento de costos operativos, migración y desplazamiento forzado, e impacto negativo en el desarrollo humano.
Se menciona la existencia de economías paralelas, legales e ilegales, controladas por la delincuencia organizada, lo que distorsiona la economía y dificulta la pacificación.
Conclusión:
El combate al crimen organizado es un imperativo económico y social, no solo una cuestión de seguridad.
La persistencia de la violencia genera violaciones de derechos humanos, malestar social y sufrimiento para miles de familias.
Se requiere una estrategia integral que aborde las causas económicas y sociales de la violencia, además de las medidas de seguridad pública.