La IA y la reconfiguración laboral (II)

El texto de Luisa H. Solchaga publicado el 8 de diciembre de 2025, aborda el impacto de la Inteligencia Artificial generativa (IAG) en el mercado laboral de América Latina, centrándose en la perspectiva de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La autora destaca cómo la OIT pone el foco en el trabajo y no solo en la tecnología, analizando los riesgos y oportunidades que la IAG presenta para la región, especialmente en relación con la brecha digital y la desigualdad.

La OIT visibiliza un doble riesgo para los países con menor capacidad institucional: dependencia de soluciones importadas y exposición de sus mercados laborales a la automatización sin mecanismos de mitigación.

📝 Puntos clave

• La OIT evalúa el impacto de la IAG en América Latina, afectando a entre el 26% y 38% de los 330 millones de personas ocupadas.
• La brecha digital en la región limita el acceso a mejoras de productividad por falta de infraestructura y recursos tecnológicos.

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• La OIT introduce el concepto de "brecha de IA", que abarca la capacidad de los países para desarrollar, adoptar y regular sistemas de IA.
• Se advierte que la IA puede profundizar desigualdades laborales si no se implementan mecanismos de protección, redistribución y capacitación.

🤖 Análisis con Bots

Dice IA en modo bot pesimista:

El texto subraya un riesgo significativo de que América Latina quede atrapada en una nueva forma de desigualdad debido a la IA. La brecha digital, la falta de infraestructura y recursos tecnológicos, y la incapacidad para desarrollar o regular sistemas de IA de forma autónoma, exponen a la región a la dependencia de soluciones externas y a la automatización sin protección social adecuada. Esto podría exacerbar la informalidad y la precariedad laboral, creando un nuevo límite estructural para el desarrollo.

Dice IA en modo bot optimista:

A pesar de los desafíos, el texto también presenta una oportunidad para que América Latina convierta la IA en un motor de productividad incluyente. La OIT ofrece un marco para centrar el debate en el trabajo y la protección social, lo que permite diseñar estrategias para mitigar los riesgos. La ventana de oportunidad aún está abierta para tomar decisiones públicas y privadas que reconozcan la dimensión social del cambio tecnológico y fortalezcan las capacidades digitales de la región.