Este texto de Manelich Castilla Craviotto, publicado el 17 de Diciembre de 2024, analiza el fenómeno de los "giros negros" – establecimientos que sirven como fachada para actividades criminales – a través de ejemplos históricos y contemporáneos en diferentes países. El autor argumenta que la proliferación de estos lugares representa una amenaza significativa para la seguridad y la moral de la sociedad.
Resumen:
El término "negro", asociado a calamidades, se ha aplicado a contextos sociales, como la crisis financiera de 1869 ("Black Friday").
En México, los reporteros de nota roja popularizaron el término "giros negros" para referirse a centros de vicio, puestos de fayuca, y lugares clandestinos descritos por Enrique Serna como "lugares con el encanto de lo prohibido y lo subterráneo".
En Italia, la Cosa Nostra utiliza bares, restaurantes y tiendas para lavar dinero y realizar actividades ilícitas, extorsionando a negocios locales, principalmente en Sicilia.
Durante la "Prohibición" en Estados Unidos (1920-1933), los Speakeasies, controlados por mafiosos como Al Capone y "Lucky" Luciano, vendían alcohol ilegalmente y servían como centros de otras actividades criminales.
En Colombia, entre 1980 y 1993, los carteles de Medellín y Cali usaban discotecas y bares para lavar dinero y coordinar el tráfico de drogas.
Los "giros negros" actúan como "oficinas del crimen organizado" y "agujeros negros", que ignoran las normas legales.
La proliferación de "chelerías" y lugares similares evidencia la delincuencia cercana.
Operativos como "Atarraya" en el Estado de México, que cerró más de 170 establecimientos, demuestran la necesidad de combatir los "giros negros".
La presencia de "giros negros" implica la pérdida de legalidad y moralidad en la sociedad, afectando la seguridad.
Conclusión:
Los "giros negros" son un problema global con una larga historia.
Su proliferación representa una seria amenaza a la seguridad pública y la moral social.
La acción del Estado, como se ejemplifica con el operativo "Atarraya", es crucial para combatirlos.
La visibilidad de la fuerza del Estado es fundamental para contrarrestar la influencia del crimen organizado.
Es necesario un esfuerzo conjunto de entidades y municipios para abordar este problema.