Este texto de Francisco Valdés Ugalde, escrito el 29 de noviembre de 2024, analiza las implicaciones de la desaparición de los órganos constitucionales autónomos en México, atribuyéndolas a la mayoría Morenista y a la construcción de un nuevo estado autoritario. El autor argumenta que esta decisión representa un retroceso en la rendición de cuentas y la protección de los derechos ciudadanos.
Resumen:
Se cierra el capítulo de los órganos constitucionales autónomos como el INAI, la COFECE, el IFETEL, la CRE, y el CONEVAL, entre otros. Estos órganos eran cruciales para la protección de derechos ciudadanos y la rendición de cuentas del gobierno.
La desaparición de estos órganos implica una pérdida significativa en la transparencia y la rendición de cuentas de la administración pública, afectando derechos como el derecho a la información, a la educación de calidad, a la competencia económica, y a la administración eficiente de los recursos públicos.
La Auditoría Superior de la Federación, encargada de vigilar a estos órganos, ha sido "domesticada", contribuyendo a la concentración del poder en un solo partido.
La eliminación de estos órganos autónomos representa un retorno a un sistema donde el gobierno se auto-vigila, similar a la "larga noche de corrupción institucionalizada" del pasado.
La concentración del poder en el Legislativo, a través de una "supermayoría inconstitucional", ha debilitado el Juicio de Amparo y limitado la capacidad de recurrir contra disposiciones anticonstitucionales.
El autor vincula la concentración de poder con la corrupción, argumentando que la finalidad del partido Morena es el poder absoluto, lo cual conlleva a la corrupción absoluta.
La decisión se considera una coacción a la libertad del poder ciudadano, resultado de una manipulación política y la utilización de dádivas.
El autor concluye que sin instituciones independientes que hagan cumplir la ley, las promesas de probidad son vacías.
Conclusión:
Francisco Valdés Ugalde, investigador del IIS-UNAM, concluye que la desaparición de los órganos constitucionales autónomos en México marca un retroceso significativo en la democracia y la rendición de cuentas, abriendo paso a una era de sigilo, corrupción y abuso de poder, consolidando un estado autoritario. La falta de instituciones independientes para controlar el poder ejecutivo representa una amenaza para la libertad y los derechos ciudadanos.