El texto, escrito por Rosario Portillo el 24 de octubre de 2024, explora la creciente participación de los hombres en la crianza compartida, específicamente en la tarea de cambiar pañales. El texto destaca ejemplos de iniciativas y cambios de actitud en diferentes países y contextos.
Resumen
El texto comienza con el ejemplo del Príncipe Guillermo de Gales, quien a través de la organización Future Men en 2019, promovió la participación de los padres en el cambio de pañales, desafiando el paradigma tradicional en Reino Unido.
En Estados Unidos, en 2016, Barack Obama promulgó la Ley de Baños Accesibles en Cualquier Situación, que obligaba a los edificios públicos federales a tener cambiadores para bebés en ambos sexos. Nueva York, bajo la administración de Bill de Blasio, fue la primera ciudad en implementar esta medida.
En 2018, Donte Palmer, un padre estadounidense, se vio obligado a cambiar el pañal de su bebé en cuclillas en un restaurante de Jacksonville, Florida, debido a la falta de cambiadores en el baño de hombres. Su experiencia inspiró la campaña #SquatForChange, que abogaba por la inclusión de cambiadores en los baños de hombres.
En México, la organización Papá Alfa recolectó firmas en enero de 2023 para promover la modificación de la Ley de Establecimientos Mercantiles. En Nuevo León, el legislador del PVEM, Raúl Lozano, propuso la instalación de cambiadores en los baños de lugares públicos. En Sonora también se impulsó esta medida. Finalmente, la diputada panista Lilia Olivares propuso por ley la implementación de cambiadores de pañales en los baños de hombres de establecimientos públicos y privados, así como en las dependencias de gobierno.
El texto destaca la postura de marcas como Black & Beech, que promueven la idea de que el cuidado de los bebés es una responsabilidad compartida.
Conclusión
El texto argumenta que la inclusión de cambiadores en los baños de hombres es un paso fundamental hacia un mundo más igualitario. Se necesita legislar para garantizar la accesibilidad a estos espacios, pero también se requiere un cambio de mentalidad para que la crianza compartida sea una realidad.