El texto, escrito por Manuel Rodríguez González el 21 de Octubre del 2024, analiza el informe World Energy Outlook (WEO) de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), que destaca la transición hacia un sistema energético global más electrificado.
Resumen
El informe WEO-2024 confirma la creciente importancia de la electricidad en el sistema energético global, con un crecimiento de la demanda dos veces mayor que la demanda energética general en la última década.
Se espera que las fuentes de bajas emisiones generen más de la mitad de la electricidad mundial antes de 2030, mientras que los combustibles fósiles alcanzarán su punto máximo a finales de la década.
A pesar del rápido crecimiento de las energías limpias, con inversiones de casi dos billones de dólares al año, su implementación no es uniforme en todas las tecnologías y mercados.
China juega un papel crucial en la transición energética global, con una demanda de electricidad en rápido crecimiento y una fuerte inversión en energías renovables. Se espera que la energía solar de China supere la demanda total actual de electricidad de los Estados Unidos a principios de la década de 2030.
El informe destaca los riesgos a la seguridad energética derivados de las perturbaciones geopolíticas, incluyendo la fragilidad de las cadenas de suministro de energías limpias.
La IEA enfatiza la necesidad de un enfoque integral de la seguridad energética que abarque tanto los combustibles tradicionales como la transformación segura del sector eléctrico y la resiliencia de las cadenas de suministro de energía limpia.
La seguridad energética y la acción climática están estrechamente relacionadas, con los fenómenos meteorológicos extremos representando un riesgo creciente para la seguridad energética.
Conclusión
El informe WEO-2024 de la IEA subraya la importancia de la transición hacia un sistema energético global más electrificado, impulsado por las energías limpias. Sin embargo, el informe también destaca los desafíos y riesgos asociados a esta transición, incluyendo la seguridad energética y la fragilidad de las cadenas de suministro. La IEA enfatiza la necesidad de un enfoque integral para abordar estos desafíos y garantizar una transición energética segura y sostenible.
