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El texto, escrito por Arturo Sánchez Gutiérrez el 17 de octubre de 2024, analiza la reforma electoral que regresa el control del Instituto Nacional Electoral (INE) al gobierno, similar a la estructura que prevalecía en 1990.

Resumen

• En 1990, la estructura del Instituto Federal Electoral (IFE) permitía el control gubernamental de las elecciones, con la Junta General Ejecutiva tomando las decisiones clave.
• La reforma electoral de 1993 trasladó el nombramiento de los directores ejecutivos al Consejo General, con el objetivo de responsabilizar a los miembros con voto por la calidad de la organización electoral.
• La reforma de 1996 y la ciudadanización del IFE fortalecieron la colegialidad de las decisiones, aumentando la credibilidad y la calidad de los procesos electorales.
• La reciente reforma del oficialismo revierte este proceso, devolviendo el control del INE al gobierno.
• La reforma otorga a la presidenta del Consejo General, Guadalupe Taddei, el poder de nombrar a los miembros de la Junta General Ejecutiva, incluyendo al Secretario Ejecutivo, sin la participación del Consejo General ni de los partidos políticos.
• La reforma fortalece las atribuciones de la Junta General Ejecutiva sobre el Consejo General, otorgándole facultades de coordinación y ejecución que no tenía.
• Esta reforma representa un retroceso en la construcción de confianza e integridad electoral, y debilita la capacidad de vigilancia de los partidos políticos en la toma de decisiones.

Conclusión

La reforma electoral del oficialismo representa un retroceso en la democratización del INE, devolviendo el control al gobierno y debilitando la colegialidad de las decisiones. Esta medida preocupa por su carácter retrógrado y por la concepción distorsionada de la democracia que busca imponer.