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Este texto de Adriana Dávila, escrito el 31 de enero de 2025, analiza la grave situación de inseguridad en México, particularmente en Sinaloa, atribuyéndola a la inacción e impunidad del gobierno federal y estatal. Se critica la respuesta de las autoridades ante la violencia, incluyendo el asesinato de Antonio y sus hijos, Gael y Alexander.

Más de 200,000 personas asesinadas en el sexenio de la "cuarta transformación".

Resumen:

• La inseguridad en México ha superado la capacidad del Estado, con el crimen organizado controlando ciudades y pueblos.
• El asesinato de Antonio, Gael y Alexander en Sinaloa provocó indignación social, pero las autoridades, incluyendo al gobernador Rubén Rocha Moya y la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, minimizaron el problema y culparon a otros.
• Se critica la falta de responsabilidad de los gobernantes, comparando la situación con la de otros países donde en situaciones similares se producen renuncias o intervenciones.

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• Se acusa al gobierno federal de proteger a Rocha Moya, quien es considerado cómplice de grupos criminales.
• En más de 100 días de violencia intensificada en Sinaloa, se registraron 772 homicidios dolosos y 992 secuestros.
• La liberación de Ovidio Guzmán en 2019 se considera un factor clave en el aumento de la violencia.
• Se critica el fortalecimiento del Ejército y la Guardia Nacional en la seguridad pública, sin resultados positivos.
• Se menciona la enriquecimiento de Alfonso Durazo, ex secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, tras su paso por el gobierno.
• Se cuestiona la inacción del gobierno federal y se hace un llamado a la organización ciudadana para exigir la renuncia de Rubén Rocha Moya.

Conclusión:

• La situación de inseguridad en México es crítica y requiere una respuesta contundente del gobierno federal.
• La impunidad y la falta de responsabilidad de las autoridades son factores clave en la persistencia de la violencia.
• La ciudadanía debe organizarse y exigir cambios para frenar la violencia y la impunidad.
• La liberación de Ovidio Guzmán en 2019 marcó un punto de inflexión en la escalada de violencia.