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Este texto, escrito por Alfonso Torres Hernández el 15 de Enero de 2025 en Hidalgo, analiza los desafíos para la transformación educativa en el contexto de la Nueva Escuela Mexicana, enfatizando la resistencia cultural y la necesidad de un pensamiento crítico.

El texto destaca la necesidad de una praxis liberadora en la docencia para transformar lo educativo y lo social.

Resumen

• La cultura capitalista globalizada representa una barrera para la transformación educativa, impidiendo la instauración de relaciones sociales más democráticas.
• La lógica de la racionalidad técnica y la administración burocrática en las escuelas perpetúan una hegemonía cultural que dificulta el cambio.
• La evaluación educativa, centrada en exámenes escritos, refuerza la lógica de medición en detrimento de una evaluación integral.

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• La transición hacia un pensamiento crítico en educación genera "crisis de sentido" en docentes, debido a la incertidumbre y desestabilización del pensamiento establecido.
• La resistencia al cambio se debe a la experiencia escolar previa, la formación recibida y la desconfianza en las políticas educativas.
• Existe una brecha entre el discurso político educativo y la realidad escolar, lo que genera resistencia al cambio. McLaren (1998), citando a Giroux y Aronowitz (1989), destaca la imbricación entre lo político y lo pedagógico.
• La escuela debe fortalecer la claridad de pensamiento de los docentes y su posicionamiento ético-político-pedagógico.
• La escuela debe ser un espacio de análisis, debate, expresión de la diferencia y generación de compromisos cívico-sociales.
• La formación de sujetos con pensamiento crítico implica una docencia asumida como praxis liberadora, con compromiso y responsabilidad por la transformación educativa y social.

Conclusión

• La transformación educativa requiere superar las barreras culturales impuestas por el capitalismo globalizado.
• Es fundamental desarrollar un pensamiento crítico en docentes y estudiantes para lograr una verdadera transformación.
• La escuela debe convertirse en un espacio de reflexión crítica y acción social.
• La docencia debe asumirse como una praxis liberadora comprometida con la transformación educativa y social.