El texto de Homero Bazan del 8 de septiembre de 2024 describe la influencia de la religión en la consolidación de Coyoacán durante el periodo virreinal.
Resumen
Tras la muerte de Hernán Cortés, la influencia religiosa fue crucial para la consolidación de Coyoacán como centro virreinal.
La capilla de La Conchita fue inaugurada cerca de la casa de La Malinche.
En 1524, doce misioneros franciscanos, liderados por Fray Martín de Valencia, llegaron a México y se enfocaron en la evangelización de la población indígena.
Los franciscanos fueron seguidos por los dominicos, quienes fundaron numerosos templos, incluyendo uno junto a la parroquia de San Juan Bautista de Coyoacán.
La orden carmelita también tuvo presencia en Coyoacán, fomentando la agricultura y la ayuda a los necesitados.
Juan Guzmán Ixtolinque, cacique de Coyoacán, apoyó la enseñanza del canto religioso a la comunidad indígena, lo que llevó a la creación de suntuosas ceremonias de cuaresma.
La Representación de la Pasión de Jesucristo se llevó a cabo en Coyoacán en 1587, contribuyendo a la fama del lugar.
Las festividades de Semana Santa en Coyoacán atraían a miles de personas y se realizaron en su forma original hasta 1840.
Durante el periodo virreinal, Coyoacán prosperó con buenas cosechas, obrajes y haciendas, pero también se caracterizó por la explotación de los indígenas.
La Casa de Posadas, actual sede de la Secretaría de Cultura, fue escenario de abusos cometidos por los caciques.
En el siglo XVIII, el Palacio de Cortés fue restaurado y la Hacienda del Altillo floreció, propiedad de las familias Piña y Aguayo.