El texto, escrito por Luis Walter Juárez el 12 de septiembre de 2024, critica la acción de los directivos de la escuela secundaria estatal José Santos Valdez en la ciudad de Durango, quienes quemaron los celulares de los alumnos después de confiscárselos.
Resumen
Los directivos de la escuela secundaria estatal José Santos Valdez en Durango confiscaron y quemaron los celulares de los alumnos.
Esta acción provocó indignación entre los padres de familia, especialmente entre los miembros de la asociación de padres de familia, cuyo presidente, Carlos Ramírez, se mostró en desacuerdo con la medida.
Ramírez considera que se debe regular el uso de los celulares en las aulas, pero no destruirlos.
Muchos alumnos llevan sus celulares a la escuela por necesidad, para comunicarse con sus padres al salir de clases.
Algunos alumnos prefieren arriesgarse a ser regañados por llevar sus celulares a las aulas, ya que consideran que es importante poder comunicarse en caso de emergencia.
Otros alumnos utilizan sus celulares para mensajearse, escuchar música o hacer llamadas no relacionadas con las clases o la familia.
El uso de los celulares es cada vez más necesario, y los estudiantes de secundaria los utilizan para realizar sus tareas.
Las autoridades escolares han luchado durante años para evitar que los estudiantes lleven sus teléfonos a las aulas, pero los alumnos suelen usarlos a escondidas.
El autor considera que destruir los celulares no es la solución, ya que los padres son los que deben decidir sobre el destino de sus propios dispositivos.
Conclusión
El texto critica la decisión de los directivos de la escuela secundaria estatal José Santos Valdez en Durango de quemar los celulares de los alumnos, argumentando que esta medida es excesiva e injusta. El autor considera que se debe buscar una solución más adecuada para regular el uso de los celulares en las aulas, sin recurrir a la destrucción de los dispositivos.
