El texto de Avelina Lésper del 11 de septiembre de 2024 reflexiona sobre la relación entre el arte y la felicidad. La autora explora cómo ciertas obras de arte pueden evocar un estado de paz y satisfacción, similar a la experiencia de la felicidad.
Resumen
Lésper define la felicidad como un estado de paz interior y armonía con el entorno, donde se aprecian las cosas simples de la vida cotidiana.
Ella considera que ciertas obras de arte, como las pinturas de Joaquín Sorolla, Cézanne y Monet, le evocan ese estado de felicidad.
Sorolla's "Paseo por la playa" representa un momento de tranquilidad y disfrute del presente, con la luz del sol, el agua y el viento como elementos clave.
Las naturalezas muertas de Cézanne resaltan la belleza de lo simple, como un plato de manzanas o una jarra de leche, y la importancia de apreciar los detalles cotidianos.
Los nenúfares de Monet representan la naturaleza en su estado puro, con la luz y el agua como elementos esenciales.
Lésper también encuentra la felicidad en la obra "El almuerzo de Emaús" de Caravaggio, donde la escena bíblica de la sorpresa y la admiración, junto con la pobreza y la paz del joven mesías, le conmueven profundamente.
La autora concluye que la felicidad se encuentra en la simpleza y la cotidianidad, y que el arte puede ayudarnos a vivir el presente y apreciar la belleza de lo simple.
Conclusión
Avelina Lésper nos invita a reflexionar sobre la relación entre el arte y la felicidad, mostrando cómo ciertas obras pueden evocar un estado de paz y satisfacción. Su análisis nos recuerda la importancia de apreciar las cosas simples de la vida y de vivir el presente con plena consciencia.