Muerte a cartulinazos

El texto de Manelich Castilla del 13 de agosto de 2025 reflexiona sobre la importancia del lenguaje y la narrativa oficial en contextos de violencia, especialmente cuando se trata de crímenes perpetrados por el crimen organizado. El autor utiliza una anécdota personal para ilustrar cómo la presión y el terror pueden ser tan letales como la violencia física, y critica la minimización de la responsabilidad del Estado en la protección de sus ciudadanos.

El autor critica la minimización de la responsabilidad del Estado en la protección de sus ciudadanos.

📝 Puntos clave

• Manelich Castilla recuerda un caso en San Luis Potosí en 2010 donde un jefe policial murió por la presión y amenazas del crimen organizado, ejemplificando cómo el terror puede ser un arma letal.
• El autor critica a la gobernadora de Veracruz por minimizar el secuestro y muerte de una maestra, atribuyéndola a un infarto, ignorando el contexto de violencia y terror.

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• Castilla enfatiza que las palabras importan y que la retórica oficial que diluye la realidad de la violencia envía un mensaje peligroso a las víctimas y a la sociedad.
• El autor argumenta que minimizar los crímenes del crimen organizado es una forma de invisibilización y una falta de respeto a la verdad pública.
• Castilla concluye que enfrentar al crimen organizado requiere liderazgos que nombren las cosas como son, sin eufemismos, para no traicionar a las víctimas y evitar vivir "a cartulinazos".

Lo malo y lo bueno 👎👍

¿Qué aspecto negativo destaca el texto en relación con la respuesta de las autoridades ante la violencia del crimen organizado?

La minimización y la distorsión de la realidad por parte de las autoridades, especialmente al atribuir muertes causadas por el crimen organizado a causas naturales como "infartos", evadiendo la responsabilidad del Estado y negando justicia a las víctimas.

¿Qué aspecto positivo resalta el texto sobre cómo se debería enfrentar la violencia del crimen organizado?

La necesidad de un liderazgo que nombre las cosas como son, sin eufemismos ni minimizaciones, reconociendo la naturaleza del delito y la responsabilidad del Estado en proteger a sus ciudadanos y garantizar justicia a las víctimas.