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El texto de Eduardo Rabasa, fechado el 25 de Marzo de 2025, reflexiona sobre la representación del crimen organizado en el cine, comparando películas como Goodfellas y Emilia Pérez, y explorando las implicaciones éticas y estéticas de glamorizar la violencia en contextos como el narcotráfico en México.

Un punto central es la comparación entre la representación del crimen organizado en películas como Goodfellas y la representación del narcotráfico en producciones como Emilia Pérez y Narcos, destacando la diferencia en la percepción y el impacto en la sociedad.

Resumen

• El autor, Eduardo Rabasa, compara Goodfellas de Scorsese con Emilia Pérez, observando cómo ambas abordan el tema del crimen organizado en diferentes contextos.
• La crítica a Emilia Pérez se centra en el uso de clichés y estereotipos sobre lo mexicano y la representación de personajes trans, siendo calificada incluso de transfóbica por Paul B. Preciado.
• Se plantea la cuestión de si producciones como Emilia Pérez y Narcos glamorizan la violencia derivada del narcotráfico, similar a cómo El Padrino o Goodfellas podrían idealizar el mundo de las mafias italianas.
• Se discute el debate entre la libertad artística y la responsabilidad en la representación de realidades violentas, señalando que las obras no siempre son responsables de los efectos nocivos de los fenómenos que retratan.
• El autor sugiere que el problema de Emilia Pérez y Narcos radica en trivializar y parodiar una realidad espeluznante, posiblemente por desconocimiento y falta de autenticidad en la representación.
• Se establece una analogía hipotética con un musical sobre Auschwitz para ilustrar lo ofensivo que puede ser para las víctimas de la violencia ver su sufrimiento convertido en entretenimiento.

Conclusión

• El autor cuestiona la ética de convertir el sufrimiento real en entretenimiento, especialmente cuando se trata de temas tan sensibles como el narcotráfico y la violencia en México.
• Se sugiere que las producciones sobre el crimen organizado deben ser más conscientes del impacto que tienen en las víctimas y evitar la glamorización de la violencia.
• Se plantea la necesidad de un debate más profundo sobre la responsabilidad de los creadores al abordar temas delicados y la importancia de evitar la trivialización y la parodia irrespetuosa.