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El texto de Mario Luis Fuentes, fechado el 17 de marzo de 2025, reflexiona sobre el significado de una vigilia silenciosa en el Zócalo de la Ciudad de México, donde miles de personas encendieron veladoras en memoria de las víctimas de la violencia y la desaparición forzada, particularmente en Teuchitlán, Jalisco. El autor analiza la paradoja entre este sentimiento de desazón generalizado y la alta popularidad de la Presidenta de la República, sugiriendo que esta adhesión al poder podría ser un síntoma de angustia ante la fragilidad del Estado.

La masacre ya no es excepcional, sino un fenómeno recurrente; una lógica de poder que, lejos de subvertir el orden existente, lo refuerza.

Resumen

• La vigilia en el Zócalo fue un acto de duelo y denuncia ante la violencia y las desapariciones, especialmente por lo ocurrido en Teuchitlán.
• Las veladoras no representaban fe, sino desazón y denuncia de una muerte institucionalizada.
• La situación en Teuchitlán no es aislada, sino parte de un patrón de exterminio y administración del poder.
• Existe una paradoja entre el sentimiento de desazón y la popularidad de la Presidenta, lo que sugiere una tensión estructural en la sociedad.
• La popularidad del poder ejecutivo podría ser un síntoma de angustia ante la fragilidad del Estado.
• La violencia se ha totalizado en la vida económica, política y social, difuminando la línea entre el crimen y el Estado.
• La sociedad se debate entre la indignación y la resignación, mientras el Estado normaliza el horror.

Conclusión

• La vigilia en el Zócalo es un intento de romper la continuidad de la tragedia.
• La continuidad de la vida, prometida por el Estado, no es sinónimo de estabilidad, sino una inercia o una condena.
• El texto invita a reflexionar sobre el estado de ánimo en México y la relación entre el miedo y la adhesión al poder.