Este texto de Nina L. Khrushcheva, escrito el 7 de diciembre de 2024, analiza las posibles consecuencias de la propuesta del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de poner fin a la guerra en Ucrania mediante una partición del país. El artículo utiliza ejemplos históricos de particiones territoriales para ilustrar los riesgos y consecuencias a largo plazo de tal decisión.
Resumen:
Donald Trump, a diferencia de su primer mandato, parece decidido a cumplir sus promesas electorales, incluyendo la de poner fin a la guerra en Ucrania.
Sus nombramientos en el gabinete, como el de Tulsi Gabbard como directora de Inteligencia Nacional y Robert F. Kennedy Jr. como secretario de Salud y Servicios Humanos, indican un enfoque de confrontación con las instituciones estadounidenses.
La propuesta de Trump para resolver el conflicto en Ucrania implica la partición del país, similar a las particiones de Polonia en el siglo XVIII.
La autora utiliza el ejemplo de las particiones de Polonia para ilustrar cómo la partición puede generar resistencia violenta prolongada, como las campañas de guerrilla polacas lideradas por Jozéf Piłsudski.
También se menciona la partición de Irlanda, que llevó a una guerra civil, y la partición de la India, que resultó en una violencia masiva.
Se destaca que la resistencia ucraniana a la invasión rusa es fuerte y que una partición podría provocar una guerra de guerrillas prolongada.
La visión de Vladimir Putin de Ucrania como un territorio bajo la esfera de influencia rusa se considera un factor clave en el conflicto.
La autora argumenta que la mejor opción para Ucrania es obtener garantías internacionales de seguridad, incluso la adhesión a la OTAN, para evitar una mayor interferencia rusa.
Se advierte que la falta de garantías de seguridad por parte de Estados Unidos podría aumentar el riesgo de terrorismo en Rusia, similar a la insurgencia chechena.
Conclusión:
La partición de Ucrania, según el análisis, es una propuesta peligrosa con consecuencias impredecibles y potencialmente devastadoras.
La historia muestra que las particiones territoriales a menudo conducen a conflictos prolongados y violencia.
La resistencia ucraniana y la postura de Vladimir Putin hacen que una partición pacífica sea improbable.
Estados Unidos tiene un papel crucial en la búsqueda de una solución negociada que evite una partición y sus consecuencias negativas.