Este texto analiza el final del gobierno de Enrique Alfaro en Jalisco, evaluando sus logros, fracasos y el contexto político que marcó su gestión. Se explora su relación con el gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador, la prensa, y su propio partido, Movimiento Ciudadano. También se mencionan figuras clave en su administración y sus destinos posteriores.
Resumen:
El gobierno de Enrique Alfaro en Jalisco concluye este jueves, marcando el fin del "alfarismo" como movimiento político.
Su propuesta de "refundar Jalisco", basada en un recorrido territorial y la colaboración con la Universidad de Guadalajara, se vio obstaculizada por la inseguridad y la percepción social negativa.
La estrategia de seguridad federal, con figuras como Durazo y Rosa Icela, contrastó con la realidad percibida en Jalisco, marcada por un aumento de desaparecidos.
Alfaro enfrentó una mala relación con los medios de comunicación jaliscienses, exacerbada por su estilo áspero.
Se reconocen logros en transporte, infraestructura digital y agricultura, así como la acertada decisión de no sumarse al INSABI. Su estrategia contra el COVID-19 también se destaca como efectiva.
El caso Giovanni López y la inestabilidad política generada por actores desde "los Sótanos del Poder" afectaron su gobierno.
La ruptura con Raúl Padilla y la UdeG, influenciada por la presión de López Obrador, debilitó su posición.
El equipo inicial del "alfarismo" se ha dispersado, con figuras como Enrique Ibarra, Ismael del Toro, Alberto Uribe, Clemente Castañeda y Hugo Luna tomando diferentes caminos. Rafael Valenzuela es mencionado como una figura ausente pero relevante.
Las traiciones internas en Movimiento Ciudadano y los escándalos mediáticos contribuyeron al desgaste de Alfaro.
La salida de Alfaro del poder es descrita como agridulce, reflejada en su video de despedida donde critica a los medios.
Se anticipa un posible regreso de Alfaro a la política en el futuro.
Conclusión:
El fin del gobierno de Alfaro marca un punto de inflexión en la política de Jalisco.
El legado de Alfaro es complejo, con logros y fracasos que serán objeto de debate.
Su futuro político sigue siendo incierto, pero su personalidad y trayectoria sugieren un posible regreso a la escena pública.
El análisis del "alfarismo" requiere considerar las complejidades del contexto político nacional y local.