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Este texto de Luis Hernández Navarro, publicado el 31 de diciembre de 2024, analiza la situación de la soberanía alimentaria en México, argumentando que, a pesar de las declaraciones oficiales, esta no existe. El autor critica las políticas gubernamentales y su impacto negativo en la agricultura campesina y la producción de alimentos básicos.

Resumen

• México importa más de la mitad de sus granos básicos, demostrando una fuerte dependencia alimentaria.
• Los acuerdos de libre comercio, especialmente el T-MEC, la contrarreforma agraria de 1992 al artículo 27 constitucional, y la influencia de grandes consorcios agroindustriales han debilitado la agricultura campesina.
• La dependencia se extiende a la importación de fertilizantes, con una producción nacional de solo el 30%. Las importaciones aumentaron un 17.5% en el primer semestre de 2024.
• El modelo agroexportador beneficia a empresas trasnacionales, mientras que los jornaleros agrícolas trabajan en condiciones de explotación extrema, similares a las descritas por John Kenneth Turner en "México Bárbaro".
• El presupuesto rural para 2025, según Ernesto Ladrón de Guevara, no compensa la inflación y no destina recursos suficientes para aumentar la producción de alimentos básicos o para apoyar al sector agrícola.
• Programas como "Productora de Semillas del Bienestar" y "Cosechando Soberanía", anunciados por Julio Berdegué Sacristán, titular de Agricultura, carecen de asignación presupuestaria explícita.
• Se critica la asignación de recursos a programas sociales como "Educación Básica para el Bienestar Benito Juárez" y "Apoyo a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas", argumentando que no promueven la producción de alimentos básicos.
• El acaparamiento de concesiones de agua para uso agrícola agrava la situación.

El autor concluye que sin un mayor gasto en el campo, sin revertir las contrarreformas al artículo 27 constitucional, sin defender a los jornaleros y sin un cambio en el modelo agropecuario, la dependencia alimentaria de México se profundizará, y la soberanía alimentaria seguirá siendo una quimera.

Conclusión

• La soberanía alimentaria en México es una falacia debido a la dependencia de las importaciones y la explotación de los jornaleros agrícolas.
• Las políticas gubernamentales actuales no promueven la producción de alimentos básicos ni apoyan a los pequeños productores.
• Se requiere un cambio radical en el modelo agropecuario para lograr la soberanía alimentaria en México.
• La falta de recursos y la debilidad de las organizaciones campesinas contribuyen a la situación actual.