Este texto de Verónica Malo Guzmán, publicado el 19 de diciembre de 2024, analiza la creciente violencia contra sacerdotes católicos en México, y la preocupante decisión del gobierno de realizar programas de desarme en los atrios de las iglesias. El artículo argumenta que esta decisión exacerbará la situación de inseguridad y violencia que ya afecta a la Iglesia Católica en el país.
Resumen:
México se ha convertido en uno de los países más peligrosos para los sacerdotes católicos, superado solo por Nigeria.
Anualmente, se registran alrededor de 26 agresiones semanales a templos católicos (robos, incendios, etc.).
Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, 25 sacerdotes católicos fueron asesinados, según el reporte 2024 del Centro Católico Multimedial “Violencia contra sacerdotes, religiosos e instituciones”.
La violencia contra sacerdotes incluye extorsiones, amenazas, secuestros, tortura y asesinatos, como el caso del párroco Marcelo Pérez en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
El asesinato de dos sacerdotes jesuitas en la Sierra Tarahumara en 2022 impulsó el “Diálogo nacional por la paz”, aunque con resultados limitados.
El obispo de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, reportó intentos fallidos de algunos sacerdotes en Guerrero para negociar una tregua con el narcotráfico.
Recientemente, se ha restablecido el diálogo entre la Iglesia y la Secretaría de Gobernación de México, representada por Clara Luz Flores.
Existe recelo por parte de algunos sacerdotes hacia las autoridades, debido a la percepción de complicidad con el narcotráfico en algunas zonas del país.
El gobierno planea realizar programas de desarme en los atrios de las iglesias, lo que se considera una medida peligrosa que incrementará la violencia en esos espacios.
Conclusión:
La decisión del gobierno de realizar el desarme en los atrios de las iglesias es una medida altamente cuestionable que podría agravar la situación de violencia contra la Iglesia Católica en México.
La estrategia de seguridad del gobierno de AMLO ha sido ineficaz para proteger a los sacerdotes y a las instituciones religiosas.
La Iglesia Católica en México se encuentra en una situación crítica, requiriendo una mayor protección y un cambio de estrategia por parte del gobierno.
La diócesis de San Cristóbal de las Casas critica la criminalización de los religiosos comprometidos con la paz y exige un alto a la violencia.