Este texto de La Jornada del 19 de diciembre de 2024 analiza el informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) sobre la economía mexicana, contrastando las perspectivas optimistas y pesimistas sobre el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. El artículo destaca la importancia de las políticas sociales mexicanas y cuestiona la validez de los pronósticos económicos tradicionales.
Resumen:
José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal, elogió las políticas sociales de México, que redujeron la pobreza del 44% al 36% entre 2020 y 2022, beneficiando a 30 millones de familias.
Salazar-Xirinachs advirtió sobre la necesidad de asegurar la sostenibilidad financiera de estos programas ante el bajo crecimiento económico proyectado para México en 2025 (1.4% de PIB según la Cepal).
La Cepal expresó preocupación por la posible imposición de aranceles por parte de Donald Trump, lo que podría reducir el PIB mexicano entre 0.8 y 1 punto porcentual. Se destaca la vulnerabilidad de México al depender de Estados Unidos para el 84% de su comercio exterior.
El artículo contrasta el pesimismo de la Cepal y otros analistas con el desempeño económico pasado de México, sugiriendo que los pronósticos podrían subestimar el impacto de las obras de infraestructura y el programa de construcción de un millón de viviendas.
El texto argumenta que el éxito en la reducción de la pobreza en México se logró a pesar del bajo crecimiento económico, refutando la idea de que el crecimiento económico por sí solo es suficiente para combatir la pobreza.
Conclusión:
Es crucial que México tome medidas para mitigar los posibles efectos negativos de las amenazas de Donald Trump.
Se deben considerar las peculiaridades del modelo económico mexicano al analizar los pronósticos económicos.
El éxito de las políticas sociales mexicanas en la reducción de la pobreza demuestra que es posible lograr avances significativos en el bienestar social incluso con un crecimiento económico moderado.
Los pronósticos pesimistas deben ser considerados con cautela, ya que podrían no tener en cuenta factores importantes como las grandes obras de infraestructura y los programas de vivienda.