Este texto de Rosa Miriam Elizalde, escrito el 19 de diciembre de 2024, analiza críticamente la evolución de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos desde el anuncio del "deshielo" en 2014. El artículo argumenta que el acercamiento prometido nunca se materializó y responsabiliza principalmente a la administración de Joe Biden por mantener y hasta profundizar las políticas restrictivas hacia Cuba.
Resumen:
El "deshielo" de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos en 2014 resultó superficial, limitándose a la reapertura de embajadas y algunos acuerdos menores.
Donald Trump desmanteló las medidas de acercamiento implementadas por Barack Obama, pero Joe Biden, en contra de sus promesas electorales, mantuvo y amplió las sanciones impuestas por Trump.
La administración Biden ignoró la difícil situación económica de Cuba, incluso durante la crisis del COVID-19, negando ayuda humanitaria a pesar de la solicitud de Cuba.
Biden mantuvo a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, lo que intensifica el bloqueo financiero y permite el abuso de la extraterritorialidad.
La autora argumenta que la política exterior de Estados Unidos hacia Cuba, independientemente del partido en el poder, busca el cambio de régimen, ya sea por medios "buenos" o "malos".
Se destaca la persistencia del gobierno cubano a pesar de los cambios de administración en Estados Unidos, reflejado en la frase de la diplomática cubana Johana Tablada: "dentro de cuatro años Trump se va y nosotros vamos a estar aquí".
Se menciona la histórica ambición de Estados Unidos sobre Cuba, ejemplificada por la frase de John Quincy Adams sobre Cuba como "fruta madura".
Conclusión:
La autora concluye que el fracaso del "deshielo" no se debe únicamente a Trump, sino principalmente a la inacción calculada de la administración Biden.
La política exterior de Estados Unidos hacia Cuba se caracteriza por una continuidad bipartidista, con una hostilidad latente que trasciende las diferencias ideológicas entre demócratas y republicanos.
La resistencia del gobierno cubano ante las presiones de Estados Unidos se presenta como un factor clave en la persistencia del conflicto.
El texto deja entrever un pesimismo sobre las perspectivas de un cambio significativo en las relaciones entre ambos países en el corto plazo.