El bienestar como espejismo: cuando la salud mental sustituye la política

El texto de Imanol Ordorika, publicado el 18 de Diciembre del 2025, analiza la creciente tendencia a abordar problemas sociales y políticos complejos a través del lenguaje del bienestar emocional, argumentando que esta perspectiva despolitiza y mercantiliza el malestar, dejando intactas las estructuras que lo generan.

La salud mental, aunque un derecho fundamental, se está utilizando para desviar la atención de las causas estructurales de la desigualdad y la precariedad.

📝 Puntos clave

• El lenguaje del bienestar emocional (ansiedad, estrés, burnout) se usa para explicar problemas sociales y políticos.
• Las autoridades, como en la UNAM, tienden a circunscribir los conflictos a la salud mental, evitando abordar demandas políticas de fondo.

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• La responsabilidad se desplaza del ámbito público y colectivo al individual.
• Se promueve la autorregulación y la contención emocional sobre la organización y la deliberación política.
• El acceso a soluciones de bienestar se privatiza, reproduciendo la desigualdad.
• La protesta se presenta como desborde emocional, desactivando su contenido político.
• Se subordinan derechos fundamentales a indicadores de "bienestar" desvinculados de la materialidad.
• La atención a la salud mental debe vincularse a un proyecto de vida digna y a políticas públicas integrales.
• El cuidado es un asunto de la vida común y debe ser gestionado colectivamente.
• Politizar el cuidado es esencial para que la salud mental sea parte de un proyecto emancipador, no un paliativo.

🤖 Análisis con Bots

Dice IA en modo bot pesimista:

El texto expone una preocupante tendencia a la despolitización y mercantilización del malestar social. La focalización en el bienestar emocional individual, a través de terapias y apps, sirve como una cómoda herramienta para el poder, permitiéndole evadir responsabilidades estatales y empresariales en la generación de problemas como la precariedad, la violencia y la desigualdad. Esta estrategia, ejemplificada en la UNAM, desvía la atención de demandas políticas y sociales urgentes, creando una falsa sensación de solución mientras las estructuras subyacentes permanecen inalteradas, y el acceso a la "salud" se convierte en un privilegio.

Dice IA en modo bot optimista:

El autor resalta la importancia fundamental de la salud mental y emocional como un derecho humano, y aboga por su integración con políticas públicas integrales que aborden las condiciones materiales de vida. Se subraya la necesidad de servicios universales y gratuitos, gestionados colectivamente, reconociendo que el cuidado es un asunto de la vida común. La propuesta de "politizar el cuidado" busca transformar la salud mental de un mero paliativo en una herramienta para un proyecto emancipador, donde la escucha activa conduzca a acciones colectivas y a la exigencia de derechos y recursos, promoviendo así un bienestar sostenible y genuino.